SOCIEDAD
LA FORMA Y EL FONDO
En
nuestra juventud queríamos que nuestras ideas progresistas se asociaran a
nuestros cabellos largos, barbas descuidadas, bigotes a lo Pancho Villa,
pantalones de pana, botas, jerséis de cuello de cisne y tabardos marineros,
aunque ese uniforme nos delatara ante la policía franquista que lo tenía fácil
para identificarnos y echarnos el guante. Pensando cómo pensábamos, no podíamos
vestir de otra forma que no fuera esa. El discurso de la forma vuelve al mismo
tiempo que el del fondo.
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