CINE / AL OTRO LADO DEL VIENTO, DE ORSON WELLES
AL OTRO LADO DEL VIENTO
Orson Welles
No solo Roberto Bolaño
publica una vez muerto obras inéditas que tenía en un cajón. En el cine eso
también pasa. Stanley Kubrick no
pudo ver estrenada su obra póstuma, y fascinante, Eyes wide shut, por cuestiones biológicas. La Parca llama a la
puerta cuando quiere y no respeta la genialidad de los creadores. La película póstuma
de Orson Welles, póstuma e inacabada,
seguramente porque ni él mismo, aunque hubiera dispuesto de tiempo, la habría acabado, no estaba en ningún cajón
sino en una caja fuerte esperando una compleja resolución judicial que la liberara
de un embargo. Sí, las obras maestras son susceptibles de embargo, y esta, de
la autoría de ese monstruo del cine llamado Orson Welles, estuvo años retenida por papeleo judicial. El tesón
de un buen amigo suyo, y discípulo, Peter
Bodganovich, convertido en albacea testamentario de Orson Welles, nos depara este estreno tardío de una obra
cinematográfica que llevaba cuarenta años esperando ser visionada por el publico.
Ha valido la pena la espera.
Al otro lado del viento
es una película inclasificable, anárquica, compulsiva, sorprendentemente
moderna, la obra de un creador que no se pone limites a su creación. Vemos a un
Orson Welles pletórico de
creatividad, y de ardor juvenil, precisamente en su última etapa vital, pronto
a dar el último suspiro en esta pataleta creativa en la que se salta normas y
convenciones cinematográficas con la pasión de la adolescencia y una libertad
absoluta. Puede recordar el film a Zabriski
Point, de Michelangelo Antonioni,
el último y radical aliento del director de La
noche. Orson Welles, ayudado por
John Huston, que lo interpreta de forma
soberbia entre el humo de los cigarros habanos, habla del cine en las casi dos
horas que dura la película, del proceso creativo, del montaje. Las imágenes documentales,
casi un making off de cómo se esta
rodando el film, en blanco y negro, y pantalla cuadrada, se alternan con otras,
las de ficción, las de una película subida de tono erótico, cripticas, protagonizadas
por la ultima amante del genio, la escultural
modelo croata Oja Kodar (atención al
virtuosismo con que Orson Welles rueda la
escena de amor en el coche) que ya protagonizara Fake y aquí es también la coguionista.
A través de un cruce de imágenes fascinante en súper 8, 16 y
35 mm., un montaje frenético de más de cien horas de rodaje y un guion que se
iba improvisando sobre la marcha, como solía hacer Federico Fellini en sus películas, Orson Welles construye un artefacto cinematográfico que sin duda
apasionará a todos los espectadores enamorados de la genialidad de ese autor
maldito siempre perseguido por la perfección de Ciudadano Kane y que hubo de exiliarse para seguir haciendo
cine porque en su país de origen la industria le había dado la espalda y nadie
financiaba sus películas. Orson Welles
aparcó su orgullo para mendigar en esos Estados Unidos que lo repudiaban, que
lo querían como secundario de lujo en películas absolutamente anodinas en las que
el director de Sed de mal se vendía
como una prostituta más, que financiaran su última película y su petición cayó
en saco roto.
Peter Bodganovich,
que actúa en el film junto a Paul
Mazursky , Claude Chabrol y Dennis Hopper, ha conseguido el milagro
de rescatar esta obra maestra fascinante que se puede ver en la plataforma Netflix.
Al otro lado del viento es el
testamento de uno de los grandes del Séptimo Arte, un director irrepetible y
legendario, cine dentro del cine, una lección magistral del proceso creativo y
un adiós nostálgico a esa época dorada del cine hollywoodiense para el que el
director de Ciudadano Kane fue
siempre un elemento extravagante.
Una novela de aventuras para lectores entre 14 y 88 años.
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