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Dick Cheney, el inasequible ex vicepresidente de los Estados Unidos que es tan extremista que Bush junior le parece un moderado ─ imaginemos lo que debe decir, en la intimidad, del actual inquilino de la Casa Blanca─ publicará sus memorias y gente habrá que las compre, como en nuestro casa sucede con los libros de Aznar. A mi Cheney me parece un personaje encantador de novela negra, el tipo con el que estás comiendo y puede, en un momento de furia, sacar la pistola y dejar tus sesos desparramados por el mantel. Su lenguaje, cuando no insulta con niveles de carretero homofóbico, entra dentro de los parámetros del género más negro. Lean esta perla que salió de su boca: Que no se proteja a un empleado y se sacrifique al tipo al que se le pidió que pusiera su cabeza en la trituradora de carne por la incompetencia de otro me parece inadmisible. Cheney da tanto miedo como el Pesci enloquecido de las películas de Scorsese. Que le tiren a Garzón, ya.
Stieg Larsson es patológicamente malo, afirma, sin el más leve pestañeo, Donna Leon, la dama del crimen que vive exiliada en Venecia. ¿Envidia o convicción? No seré yo quien le lleve la contraria, o la reafirme, entre otras cosas porque debo de ser de los pocos seres humanos que no se ha dejado seducir por la serie Millenium, aunque sé que sucumbiré a sus cantos de sirena en cuanto abra la primera página, pero me resisto porque la vida es breve.
Malcom Lowry tendría cien años de no haberse ahogado en mezcal y tequila. Crearse un infierno para luego escribirlo es la definición de la vida de Malcom en México, escribe el mexicano Fabrizio Mejía Madrid con acierto. En la larga lista de escritores dipsómanos ─ Poe, Faulkner, Proust, Lord Byron, Hemingway, etc. ─ Lowry se lleva el oro. Suelen decir que mucho alcohol nubla el entendimiento. Pues Lowry fue un rara avis como lo es Keith Richards con las drogas. Nadie sabe si debemos agradecer al alcohol que empapaba su cerebro la genialidad de BAJO EL VOLCÁN, quizá la novela que más me haya impactado de todas las que he leído.
Uno mismo. La revista de las letras hispanoamericanas, que dirige el escritor cubano y amigo Amir Valle, me publica el relato EL MUCHACHO INGLÉS, uno de los que integran mi VIAJEROS DE SI MISMOS (Brosquil, 2006) Premio Ciutat de Benicassim. Una historia de género negro muy sutil, al menos eso es lo que me parece. Lean y opinen. Lo pueden pinchar en la sección fija MIS RELATOS EN LA RED
William Golding intentó violar en su juventud a una niña de 15 años, según una biografía que se publicará próximamente. El propio Golding (1911-1993) reconoció ese incidente en una confesión inédita que escribió para que la leyera su esposa y en la que trató de explicar la evolución de su "monstruoso" carácter, ha informado el diario 'The Daily Telegraph'. Siempre digo que lo importante de un escritor, lo que interesa es su obra. Si después resulta que el autor es alguien encantador, miel sobre hojuelas. Golding escribió una novela que no olvido: El señor de las moscas.
La biografía, de la que es autor el conocido crítico literario británico John Carey, cuenta que Golding, que tenía a la sazón dieciocho años, intentó violar a la niña, llamada Dora, con la que había coincidido en clase de música.
Dick Cheney, el inasequible ex vicepresidente de los Estados Unidos que es tan extremista que Bush junior le parece un moderado ─ imaginemos lo que debe decir, en la intimidad, del actual inquilino de la Casa Blanca─ publicará sus memorias y gente habrá que las compre, como en nuestro casa sucede con los libros de Aznar. A mi Cheney me parece un personaje encantador de novela negra, el tipo con el que estás comiendo y puede, en un momento de furia, sacar la pistola y dejar tus sesos desparramados por el mantel. Su lenguaje, cuando no insulta con niveles de carretero homofóbico, entra dentro de los parámetros del género más negro. Lean esta perla que salió de su boca: Que no se proteja a un empleado y se sacrifique al tipo al que se le pidió que pusiera su cabeza en la trituradora de carne por la incompetencia de otro me parece inadmisible. Cheney da tanto miedo como el Pesci enloquecido de las películas de Scorsese. Que le tiren a Garzón, ya.
Stieg Larsson es patológicamente malo, afirma, sin el más leve pestañeo, Donna Leon, la dama del crimen que vive exiliada en Venecia. ¿Envidia o convicción? No seré yo quien le lleve la contraria, o la reafirme, entre otras cosas porque debo de ser de los pocos seres humanos que no se ha dejado seducir por la serie Millenium, aunque sé que sucumbiré a sus cantos de sirena en cuanto abra la primera página, pero me resisto porque la vida es breve.
Malcom Lowry tendría cien años de no haberse ahogado en mezcal y tequila. Crearse un infierno para luego escribirlo es la definición de la vida de Malcom en México, escribe el mexicano Fabrizio Mejía Madrid con acierto. En la larga lista de escritores dipsómanos ─ Poe, Faulkner, Proust, Lord Byron, Hemingway, etc. ─ Lowry se lleva el oro. Suelen decir que mucho alcohol nubla el entendimiento. Pues Lowry fue un rara avis como lo es Keith Richards con las drogas. Nadie sabe si debemos agradecer al alcohol que empapaba su cerebro la genialidad de BAJO EL VOLCÁN, quizá la novela que más me haya impactado de todas las que he leído.
Uno mismo. La revista de las letras hispanoamericanas, que dirige el escritor cubano y amigo Amir Valle, me publica el relato EL MUCHACHO INGLÉS, uno de los que integran mi VIAJEROS DE SI MISMOS (Brosquil, 2006) Premio Ciutat de Benicassim. Una historia de género negro muy sutil, al menos eso es lo que me parece. Lean y opinen. Lo pueden pinchar en la sección fija MIS RELATOS EN LA RED
William Golding intentó violar en su juventud a una niña de 15 años, según una biografía que se publicará próximamente. El propio Golding (1911-1993) reconoció ese incidente en una confesión inédita que escribió para que la leyera su esposa y en la que trató de explicar la evolución de su "monstruoso" carácter, ha informado el diario 'The Daily Telegraph'. Siempre digo que lo importante de un escritor, lo que interesa es su obra. Si después resulta que el autor es alguien encantador, miel sobre hojuelas. Golding escribió una novela que no olvido: El señor de las moscas.
La biografía, de la que es autor el conocido crítico literario británico John Carey, cuenta que Golding, que tenía a la sazón dieciocho años, intentó violar a la niña, llamada Dora, con la que había coincidido en clase de música.
Comentarios
No me extraña que te premiaran por ese libro de relatos.Aunque tarde,mi enhorabuena.
Las huellas de la esquiadora de fondo me encantó también.En ambos se aprecia tu fascinación por la montaña y su entorno.Es mágica.
LOS SURCOS DE LA ESQUIADORA DE FONDO recrea uno de mis paisajes favoritos del Valle de Arán. Siempre subo al Clot de Baretges al atardecer y disfruto de un paisaje increíble de montañas en compañía de vacas y caballos.
VIAJEROS DE SI MISMOS es un libro del que estoy muy satisfecho, porque todos los relatos son sugerentes.
Quizá no deberías ser tu única lectora y todos nos estamos perdiendo algo. Hay un sistema para saberlo, que fue el que yo utilicé. Concursa. Si te premian quiere decir, al menos, que gustastes al jurado.
Gracias y un abrazo
Lo de escribir lo hago sólo para mí,jamás me he planteado concursar,aunque lo hice,un poco obligada,cuando estudiaba en el Instituto de Zamora(mi ciudad) y me presenté al concurso de redacción de Cocacola,¿te acuerdas de aquello?,aunque es posible que continúe.Por cierto,me dieron el primer premio,se celebró en Salamanca.Y,en fin,aunque no escritora,sí soy buena lectora y apasionada de la buena literatura.Siempre,cada día,leo algo.Y admiro a los escritores y,en general, cualquier forma de creación,sea literatura,música,pintura.
Por supuesto,leeré tu novela cuando la edites.Me encantan los ambientes,los marcos de tus escritos.
Claro que me acuerdo de los concursos de redacción de Coca-Cola. Y vaya mérito ganarlo entre miles.
Cada vez estoy más convencido de que las mujeres seréis las que salvaréis los libros,
Un abrazo
Gracias,todo un halago.