VIAJES
VILNA, LUZ BARROCA
Y PASADO OSCURO
Es
muy fácil orientarse en Vilna. Se puede ir de iglesia en iglesia, casi todas
católicas pero también ortodoxas. La capital de Lituania puede que sea una de
las ciudades más piadosas del mundo que Dios, en su ira santa, nunca arrasaría.
Los lituanos son extremadamente religiosos y prueba de ello es que Juan Pablo
II los visitó y hay fotos de ese evento en fachadas e interiores de las
iglesias. Los algo más de quinientos mil lituanos de Vilna rezan y se persignan
al revés, de izquierda a derecha, sean hombres o mujeres, jóvenes o viejos,
cuando pasan por los lugares de culto. A veces lo hacen hasta dos o tres veces,
alternando la señal de la cruz con cabezazos de reverencia. Es difícil entrar
en las iglesias y no tropezar con algún oficio. En las iglesias ortodoxas, que
huelen a incienso, el oficiante lo hace apartado de los feligreses que
permanecen de pie entre cánticos. En las iglesias católicas hay bancos para
sentarse, pero también cantan a coro los feligreses. Este es un país muy canoro, con músicos en las
calles.
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