SOCIEDAD / RUIDO DE TRICORNIOS
Ruido de tricornios
Para mí
la noticia no ha sido que hayan destituido de su cargo a Diego Pérez de los (¡Qué manía tienen algunos con aristocratizar
sus apellidos a base de preposición seguida de artículo!) Cobos sino que dicho coronel de la Guardia Civil ostentara
un puesto de responsabilidad en Madrid bajo el gobierno de Pedro Sánchez.
Podemos
pasar por alto, como locura de juventud, que se presentara como voluntario para
ponerse a las órdenes de un teniente coronel del cuerpo, Antonio Tejero, durante el 23 F, que hiciera campaña contra la
Constitución y que vistiera camisa azul: eso queda ya muy lejos. Lo que sí
queda muy cerca, y en Cataluña se le recuerda, es su desastrosa gestión durante
el 1 de octubre de 2017, en donde era un mandado que se metió en un berenjenal
del que tardó horas en salir (tan nefastas fueron las actuaciones de las
fuerzas del orden comandadas por el coronel esa mañana para impedir
una consulta sin ninguna validez jurídica que, a las pocas horas, desistieron
de su actitud represiva y dejaron que siguiere adelante). Incomprensiblemente
fue condecorado por esa cadena de desatinos que forjó la épica del
independentismo catalán, les hizo la película (las imágenes hablan por sí solas), y mantuvo, como testigo en el juicio al Procés, que Trapero
era uña y carne de los sediciosos cuando todo el mundo que conoce al Mayor sabe
sus nulas simpatías hacia el independentismo.
Con
semejantes antecedentes, ya digo, la noticia para mí es que el actual ministro
del Interior no lo hubiera depurado ya al llegar al ministerio y sustituido por
alguien más solvente dentro del cuerpo armado. Sin duda Grande Marlaska es torpe (no era el mejor día para anunciar una
subida salarial: el ministro no entiende de tiempos) y pusilánime cuando dice
que ha cesado a Pérez de los Cobos por
falta de confianza, eufemismo bajo el que se encuentra un informe de la Guardia
Civil ad hoc con datos falsos, perfectamente comprobables (entre otras cosas
que la OMS declaró la pandemia del Covid 19 en enero cuando fue el 11 de marzo),
para culpabilizar al gobierno de la expansión de la enfermedad por autorizar y
fomentar las manifestaciones feministas del 8 M.
Esto llega cuando en el Congreso de los Diputados en vez de parlamentarismo se esgrimen navajas y cuando Cayetana Álvarez de Toledo, que sí, es marquesa, a mucha honra suya, llama al vicepresidente segundo del gobierno hijo de terrorista, entre otras muchas lindezas. A ese nivel hemos llegado cuando entramos dentro de ese luto nacional que desde el principio demandaban VOX, PP y Ciudadanos, a ese respeto a los muertos que unos lanzan contra otros como mera mercancía política. Somos una vergonzosa excepción europea.
"El viaje infinito" (Bohodón Ediciones, 2020), una novela sobre el viaje que es la vida.
Comentarios
¡Todo un descubrimiento, fíjate!
Ni la épica del independentismo catalán, necesita excusas...siempre las inventara
Ni la culpabilidad la otorga un informe, tenga datos correctos o incorrectos... sino un juez
Llamar a Grande Marlaska, torpe y pusilánime, es como llamar al diablo travieso y pillo...falta a la verdad y se queda corto