SOCIEDAD / BILDU
BILDU
El ala derecha del PSOE, la que se encargó de defenestrar a Pedro Sánchez y no le perdonó que volviera, y menos que fuera presidente del gobierno, parece haber firmado un pacto con PP, Ciudadanos y VOX a raíz de lo que, ellos llaman, negociación con Bildu que apoya los PGE (presupuestos generales del estado) tan vitales con esta crisis sanitaria y económica que se nos ha venido encima.
Vaya por delante que de Bildu me sobra Arnaldo Otegui (Enric Juliana, periodista de La Vanguardia, apuntó que haría bien en jubilarse) pero de ahí a decir que son los proetarras (hay quien no quiere enterarse de que ETA desapareció cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero, hay quien la invoca para sus fines y con ETA vivía mejor) hay un gran trecho. Conviene que se sepa que Bildu es una coalición de partidos en los que está Eusko Alkartasuna (no creo que Carlos Garaikoetchea, su fundador ya retirado de la vida política, haya empuñado jamás una parabellum), Alternatiba, Herritarron Garaia, Araba Bai, Amaiur, Aralar, Euskal Herria Bildu y Sortu. La derecha, y la vieja guardia del PSOE, le niegan legitimidad a una formación, fruto de un sinfín de formaciones, que entra en el juego político y rechaza la violencia. Tacharlos de proetarras, aunque algunos de sus miembros hayan militado en la organización terrorista, sería tan injusto como decir que el PP es franquista, aunque algunos de sus miembros, los que migraron a VOX, hayan simpatizado con la dictadura.
Decir
que ERC y Bildu, en un ejercicio de responsabilidad que otros no tienen,
apoyando los presupuestos generales del estado que van a paliar la insostenible
situación económica y sanitaria que padece el país, están dinamitando España es
un disparate y más viniendo del PP, que ha pactado en numerosas ocasiones en las
instituciones con Bildu o ha coincidido en intención de voto con ellos en el
Congreso de los Diputados.
Al
disparate de la derecha se sube esa ala casposa del PSOE, que Pedro Sánchez
debería haber purgado hace tiempo para asegurarse su supervivencia, un puñado
de barones que participaron en su defenestración, y viejas glorias alejadas de
los círculos de influencia y que podrían pedir directamente el ingreso en el
PP, y hasta en VOX, en donde estarían más cómodos. Curiosamente, como señaló Enric
Juliana, los medios se hacen eco de las palabras de Alfonso Guerra, García
Paje, Rodríguez Ibarra, Corcuera o Lambán, y ningunean
a Ximo Puig, José Luis Rodríguez Zapatero, Francina Armengol
o Miquel Iceta, entre otros.
Decir,
como se ha dicho, que se entrega España a los que quieren destruirla (no la
querrán destruir tanto si se comprometen a apoyar unos presupuestos generales
del estado que van a beneficiar a todos, incluidos los que van a votar contra
ellos) sería tan absurdo como decir que el gobierno se entrega a la derecha si
se diera ese ejercicio de responsabilidad de que el PP, Ciudadanos y VOX los
aprobaran. Pero estamos en el país de los disparates.
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