SOCIEDAD / LETAL PARA LOS NORTEAMERICANOS
Letal para los
norteamericanos
No voy
a ser yo quien defienda a este payaso. Ya lo hace en su propio nombre Santiago Abascal que está agradeciendo
la factura que le pagó Steve Bannon,
el gurú del fascismo norteamericano encargado de propagarlo por Europa. La
lista de descalificativos se me queda corta, como a Spike Lee, con el actual presidente de los Estados Unidos: machista,
iletrado, hortera, racista…pero lo malo del personaje estrambótico, que es uno
de los más poderosos del planeta, es que alardea precisamente de sus defectos,
los asume a mucha honra y para él deben
de ser virtudes. A falta de país al que invadir, planea invadir el suyo, enviar
tropas para poner orden en las ciudades de los cincuenta estados porque los
gobernadores no consiguen sofocar ese incendio desatado por el asesinato de George Floyd y él debe pensar que no es
para tanto el revuelo que se ha armado que tapa su gestión desastrosa de la
pandemia.
Si George W. Bush fue uno de los
presidentes más letales de la historia de los Estados Unidos de cara al
exterior—por debajo de Harry Truman (Hiroshima y Nagasaki), Lyndon B. Johnson (Vietnam) o Richard Nixon (Vietnam, Chile y toda Sudamérica) —al invadir, y destruir, Irak, lo que multiplicó exponencialmente la
inseguridad mundial, Donald Trump
lleva camino de serlo de cara al interior y mucho me temo que los lobbies que
lo apoyaron (la ANR, las corporaciones armamentísticas, las compañías de
seguros, los evangelistas…) no están muy contentos con su gestión, le reclaman los
beneficios que les prometió y no les llegan. El presidente pierde aire por la
boca, o por el tuit, vocifera e insulta, como si estuviera en una taberna, pero
ni invade Venezuela, como le debió jurar al pobre Guaidó, ni bombardea Corea del Norte porque se hizo amigo de su excéntrico
dictador: es lo que tiene colocar en el Despacho Oval a un multimillonario
antisistema que gestiona mal sus negocios, exhibe la Biblia sin pisar una
iglesia y se acuesta con actrices porno que aseguran que la tiene pequeña.
Ante el
asesinato del ciudadano Floyd, la gota
que ha colmado el vaso de un reguero de violencia policial racista que viene de
lejos, el tipo que está creando un cisma entre los americanos no solo no se
reúne con los representantes de la comunidad afroamericana del país sino que
amenaza con meter en la lista de organizaciones terroristas a los antifascistas
que se manifiestan contra él y ordenar que el ejército tome las calles porque cualquier
día asaltan la Casa Blanca y lo lanzan por la ventana del Despacho Oval. El
resto del mundo podría respirar tranquilo con ese friki centrado en los
problemas domésticos sino lo envenenara con los gases de efecto invernadero de
la reactivada industria del carbón, pasándose por el forro el tratado de Kioto,
del mismo modo que ante el Covid 19 rompe con la OMS. De momento está
entretenido en asolar su país, el que le vota y presumiblemente, porque hay muchos
imbéciles en los 50 estados, le seguirán votando porque es iletrado, reaccionario,
machista y hortera como ellos y Trump
es el espejo en el que se miran todos los días.
CARLOS MANZANO
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