CINE / ORLANDO, MI BIOGRAFÍA POLÍTICA, DE PAUL B. PRECIADO
Muchos
años antes de que la cuestión trans invadiera la sociedad actual con su efecto
revulsivo, Virginia Wolf, la escritora inglesa más influyente y moderna, ya lo
trató en su novela Orlando cuando
corría el año 1928. Una autora visionaria además de extraordinaria. La novela
transgresora y moderna le sirve de excusa temática al filósofo, escritor y
comisario de arte español Paul B. Preciado (Burgos, 1970). relacionado con la
teoría queer, para montar este híbrido
curioso entre documental y ficción que a través de una serie de entrevistas a
jóvenes trans, que afirman ser y sentirse Orlando, desgranan las vicisitudes
por las que hubieron de pasar para afirmar su sexualidad.
Lejos
de ser un aburrido film de tesis, el hábil montaje de las muchas entrevistas
que contiene el film y su original puesta en escena en ubicaciones visualmente
atractivas consiguen que esta docuficción se siga sin perder interés. Jóvenes
que se sienten mujeres y chicas que se sienten hombres desfilan ante la cámara
de Paul B. Preciado narrando sus luchas particulares para ser reconocidos en su
identidad sexual que no se correspondía con los caracteres sexuales externos de
sus cuerpos y el largo y muchas veces incomprendido y espinoso camino que
hubieron de recorrer para reafirmar su sexualidad, sus batallas contra entornos
familiares nada comprensivos o como hubieron de recurrir a la prostitución para
conseguir sus objetivos, porque detrás de lo queer hay un negocio muy lucrativo. Antes de enfrentarse a la
cámara todos los que intervienen optan por colocarse una gorguera en el cuello
como homenaje al Orlando de Virginia Wolf y afirman serlo.
A
destacar, en el conjunto del film, esa escena poética en la que el manuscrito
de Orlando es operado por un equipo
médico para el cambio de sexo. El director opta por esa imagen aséptica y
limpia para hurtarnos las gores de estas clases de operaciones quirúrgicas de
alto riesgo a las que se someten las personas trans para conseguir su objetivo.
¿Importa tanto la identidad sexual hasta el punto de llegar a este trance
traumático?
La
película termina con un juicio bufo, condenando a los intolerantes (también a
los políticos de extrema derecha que censuran la representación de Orlando) presidido por una jueza que es
la escritora punk francesa Virginia Despentes. Una película hermosa y bien
intencionada, brillante en su planteamiento, pero que me temo no genere más
comprensión a los transfobos que seguramente huirán de ella.
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