CINE / SOBREDOSIS, DE OLIVIER MARCHAL

 


He aquí un film modélico dentro de lo que se entiende por cine negro y policial made in Francia, país de donde salen buena parte de las mejores películas de este género. Sobredosis es un thriller absorbente dirigido por Olivier Marchal (París, 1958) —Los lioneses, Asuntos pendientes, MR 73)— que juega a dos bandas, la de los que están al lado de la ley y la de los que están en contra, película que nunca fue estrenada comercialmente en las pantallas de cine (craso error) sino en la plataforma Amazon pero que se puede ver gratuitamente en RTVE Play.



Un grupo de la policía antinarcóticos de Toulouse, encabezado por la inspectora Sara Bellaiche (atentos a la fotogenia y al talento interpretativo de la actriz, cantante y bailarina  marroquí Sofía Essaidi) sigue los pasos de un grupo de narcos extremadamente violentos que se mueven entre España y Francia y capitanea una especie de Pablo Escobar que regenta una lujosa villa en la Costa Brava (papel que le viene ni pintado a Carlos Bardem, el actor que más villanos ha encarnado en el cine español). La banda variopinta, formada por el magrebí Said Masriche (Nassim Si Ahmed), su novia yonqui Leila (Kenza Fortas). Richard Cross (Assaád Bouab), recién salido de la cárcel, entre otros, y liderada por Eduardo Gracia (un Alberto Ammann desconocido y temible), un psicópata sádico y violento, tiene que hacer una entrega de droga en París, y allí  los espera, porque los delincuentes tienen un topo en sus filas,  la brigada antinarcóticos y la policía criminal de la capital liderada por el inspector Reynal (Nicolás Cazalé) que investiga el doble asesinato de unos adolescentes en un hospital que puede estar relacionado con la banda de narcos.


Film coral con un reparto extenso es esta coproducción entre España y Francia que se mueve por una serie de escenarios variopintos (la Costa Brava, el Pirineo nevado, Toulouse, Carcasona, París), trufado de tiroteos, persecuciones automovilísticas y con escenas bastante violentas protagonizadas por Eduardo García.  Sobredosis, pese a su larga duración, casi dos horas, se ve como un suspiro gracias a una realización brillante que mantiene en todo momento la tensión dramática sin que decaiga y una trama creíble que apenas deja cabos sueltos. Hay en el film un breve espacio para el amor (la inspectora Bellaiche tiene un corto affaire con su colega Reynal), algo de sexo —Eduardo Gracia con su novia Vanessa (Naïma Rodric)—, secuencias de tortura bastante explícitas (la película se abre precisamente con una) y personajes secundarios muy bien perfilados como el comisario Daniel Prat (Simon Abkarian), el policía justiciero Frank Darchevi (Moussa Mansaly) o el grandullón Vikingo (Olivier Barthélémy) y, sobre todo, muy buena factura cinematográfica. A destacar el rescate de la veterana Catherine Allegret como Juliette Dazin, el ama de casa viuda de policía que espía con su cámara al grupo de delincuentes de su barrio y empatiza con la bisoña policía Lucie di Marco (Zoé Marchal).


Sobredosis puede parecer un panegírico de la policía (todos son muy rectos, se llevan muy bien, hay muy buen rollo entre ellos, camaradería cuando tienen alguna baja) frente al mundo de los delincuentes (violentos, despiadados, se matan entre ellos por rencillas), pero si  hay algo que reprochar al film de Olivier Marchal, aparte de ese maniqueísmo detectado, es que no acaba de encajar ese doble asesinato de los adolescentes y que la larga secuencia explicativa que trata de relacionar ese crimen con con la trama principal parece un pegote improvisado que sobra y desvirtúa el conjunto. Sobredosis recuerda al mejor cine de Michael Audiard, el de El profeta y no el de la irritante Emilia Pérez, y es un ejemplo más de la vigencia y el buen hacer del cine negro francés que sigue siendo el mejor de Europa seguido a corta distancia por el nuestro.


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