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BIGAS LUNA: SEXO, JAMON Y CINE
José Luis Muñoz



Este director autodidacta, con un pie en su Sarriá natal y otro en su casa de Tarragona, que hace cine porque de pequeño era muy embustero y contaba muchas historias, llegó al séptimo arte por caminos inusuales. Rodaba los muebles que hacía, muebles surrealistas, sillas rotas, y empecé a rodarlos en 16 mm hasta llegar al cine. El cine era el arte más representativo de nuestra época, y si yo era artista tenía que hacer cine.
Tras "La camarera del Titanic", éxito de crítica y público, Bigas Luna pasa por una etapa dulce en la que se recupera de los sinsabores que le dejó "Bambola".

El sexo de hielo
Aprendió oficio rodando cine "S", algo de lo que no se arrepiente. Me encargaron doce de estas películas, que las hice y que fueron una escuela importantísima, y tras ellas llegó "Bilbao", desasosegante historia de una obsesión sexual, que fue la carta de presentación de este enfant terrible. La hubiera podido rodar en 35, pero en aquellos momentos yo estaba muy interesado por todo el mundo del video, una estética un poco negra, underground, a lo Andy Warhol, y quise rodar en 16 mm, y creo que la película tiene una opción estética que favorecía la narración, porque es una historia maravillosa pero sucia, negra, un poco del interior masculino. Como "Caniche", historia de dos hermanos que mantienen relaciones incestuosas y se alimentan con hamburguesas de perros, y "Renacer", el provocador trhiller mariano rodado en Hollywood. Mi experiencia americana fue importante en mi carrera. Es una película que quiero mucho, que gustó a mucha gente, conecta conmigo en el sentido espiritual, aunque muy desafortunada comercialmente. No estaba bien visto que un director se fuese a América. Son de estos proyectos de entreguerras.

"Angustia" no estaba rodada en USA pero lo parecía. La historia de un psicokiller que asesina durante la proyección de una película sólo podía suceder en USA y por ello reconstruyó el ambiente americano en Sant Just Desvern. Estaba pensada para rodar en Estados Unidos, y no se podía sacar del contexto. Es la única vez que he montado una película a partir de un concepto teórico. Afortunadamente el tipo de asesino que hay en la película no es un asesino del Mediterráneo, es de una perversidad muy anglosajona. Me gustan de ella dos planos que no creo que supere en mi carrera. Uno es al final de la película, donde la pantalla es un espejo. Y luego el plano donde el criminal le saca el ojo a la víctima y las dos chicas ven con su ojos como le sacan en la pantalla el otro.


Por los senderos de la pasión y el sexo
Con "Lola" se produce una inflexión en su carrera e introduce la pasión amorosa en donde anteriormente solo había sexo gélido. Si en sus anteriores películas su tono cromático general era el azul, en "Lola" predomina el rojo rabioso. Es una película muy especial porque hasta entonces cualquier tipo de pasión no me interesaba para nada. Y Lola es nada más y nada menos que la temperamental Angela Molina. Del sexo y la pasión de "Lola", al sexo explícito de "Las edades de Lulú", su película más taquillera. Lulú fue para mí el gran encargo. Llegó en un momento en que la novela no la entiendo y voy a decir que no, y cuando voy a decir que no va mi mujer, que la había leído, y me dice que es cojonuda. Me planteo cómo abordarla, pues yo, que había sido un director osado en cuestiones de sexo, ahí está "Bilbao" sin ir más lejos, ya no estoy interesado en ciertas cosas. Y el rifirrafe entre Bigas Luna y Angela Molina que se niega a interpretar la película, en teoría por la abundancia de escenas sexuales, y finalmente es sustituida por Francesca Neri, todo un descubrimiento.

La trilogía ibérica
"Jamón, Jamón" es el punto de partida de la trilogía ibérica, tríptico militante de lo mediterráneo. Bueno, todo ello venía como una reacción a una estancia demasiado larga en USA, y me apetecía hacer algo muy ibérico, algo muy de aquí, con los Monegros y luego Benidorm. En la película hay un claro homenaje a Goya, a una de sus pinturas, "A garrotazos", en la que los que se pelean están con los pies hundidos en la tierra; Jordi Mollá y Javier Bardem, en cambio, se golpean con los jamones en posición de rodillas. En "Huevos de oro", que repetiría con Javier Bardem, retrataba a un patético macho trepador, metido a constructor en Benidorm, que fracasa a todos los niveles. Es una película muy mediterránea y muy fálica. Los falos de los edificios de Benidorm, la admiración del protagonista por Dalí, etc. Y la trilogía se cierra con "La teta y la Luna", en la que su protagonista anxeneta-¿Bigas Luna?- se enamora de la teta más bonita del mundo, la de Matilda May. Es la historia de una frustración, de un niño enamorado de una teta y que la pierde. Es una película con un erotismo muy blanco, un erotismo lácteo de acuerdo a la edad del protagonista de la historia.

Con Bambola llegó el escándalo
"Bambola", canto a la carne por encima del intelecto y de los sentimientos, una versión hardcore del cuento de "La Bella y la bestia"-la carnal Valeria Marini objeto del deseo desenfrenado del macho desquiciado y violento interpretado por el cubano Jorge Perugorría- no fue entendida por la crítica y menos todavía por su protagonista femenina. Bueno, fue una película durante la que yo disfruté mucho, rodándola, pero que nació blessé desde un comienzo. "Bambola" ha sido como una espina. El primer fallo fue escoger a una actriz mediática, Valeria Marini, que es toda una institución en Italia, una musa de la televisión de Berlusconi que, por otra parte, detesto. La chica montó una campaña descomunal contra su película, porque había planos que no le gustaban, porque se veía celulítica, y mi gran fallo fue presentarla al festival de Venecia cuando no estaba acabada. Durante el pase ya se respiraba que allí iba a suceder algo. Estaban todos los medios de comunicación y a los cinco minutos todos se levantaron y empezaron a gritar contra mí; confieso que tuve miedo de un linchamiento. Por otra parte "Bambola" ha tenido un resultado fantástico en Italia, ha tenido muchísimos espectadores, y hasta se han dado secuencias de la película en un monitor gigante durante un encuentro de fútbol con todo el estadio haciendo la ola, una experiencia increíble.

La camarera romántica
Con "La camarera del Titanic" Bigas Luna se torna sutil. Un dato es la elección de la protagonista, Aitana Sánchez Gijón, que está muy lejos, por su físico, de las hembras profundamente sexuales que pueblan sus anteriores películas. Una película de época, aparentemente romántica, que habla de amor y de sentimientos. Lo es a medias, porque también me parece que es una película dura. Lo que me fascinó, para mí fue un experimento, fue ponerme a rodar un film de época y hablar del amor, ver a mis protagonistas decir, por ejemplo, "Que se mueren de amor", y que quede bien.

Hay en "La camarera del Titanic" dos planos narrativos, uno el real, Marie una prostituta que se aprovecha de Horty y le roba, y otra ficticia, la historia de amor que hubiera podido nacer de ese breve encuentro y que Horty convierte en materia narrativa para deleitar a sus compañeros de fundición, con lo que la película se convierte en un homenaje al arte de narrar. Sí, es la esencia del teatro, el contar historias a los espectadores que las quieren oir. Y hay el misterio del amor. Si cuando Horty comienza a inventar su historia con "La camarera del Titanic" siguiera las indicaciones de sus compañeros fundidores, es decir, hiciera un relato pornográfico de la historia, ésta se acabaría enseguida, y él opta entonces por narrar el amor, la pasión, con lo que hay más misterio. La esencia de "La camarera del Titanic" es la de cómo utilizar la mentira como esencia de la creatividad, de cómo transforma su entorno para sobrevivir y para escapar a una realidad que no le gusta.

Sorprendentemente no hay en toda la película ni una sola escena de desnudo ni tampoco ninguna de gran voltaje erótico como las que suelen abundar en los filmes de Bigas Luna. Bueno, está la época. Pero luego hay escenas de una gran sensualidad, como la del beso, ese dedo que acaricia los labios de Aitana Sánchez Gijón y ese beso húmedo en primerísimo plano, que parece un beso de una película porno.

De momento prepara un versión de Carmen, con la que recupera a Penélope Cruz, y un proyecto en USA del que no suelta prenda. Lo único que pido es rodarla aquí. En Hollywood hay una gran censura y una moral que está en la calle, no hay la libertad que hay en Europa. Ni las lonchas de jamón que hay en España.

BIGAS LUNA DIXIT
Sexo y comida
Evidentemente el sexo es uno de los motores de la vida. Existe en el cine de Bigas Luna una fijación asumida entre el sexo y la comida. Quizá en donde se dé más gráficamente esta relación sea en la famosa secuencia de "Jamón, Jamón" en la que Javier Bardem, tras mordisquear los pechos de Penélope Cruz, le espeta que saben a tortilla de patatas. Pero no es la única. Valeria Marini cabalga a lomos de una enorme mortadela y rebaña con delirio místico el aceite sobrante de un plato en "Bambola" .

El sexo en manos de Bigas Luna es y ha sido un arma de provocación. "Bilbao" contiene imágenes tan impactantes como un pez haciendo una felación a una salchicha, Angel Jové derramando una botella de leche sobre las nalgas de María Martín o a la exuberante Isabel Pisano bailando con los pechos desnudos, pero Bigas Luna se desmarca de la pornografía. De pornografía se habla mucho y sería interesante establecer un límite claro.Yo creo que la línea que define la pornografía, aparte de la utilización peyorativa de la palabra, está en cuando se rueda algo que es evidente que no es ficción, sino que está ocurriendo de verdad. Rodar una erección es pornografía. A partir de aquí hay una reflexión que me gusta mucho y es que la pornografía no existe en literatura, porque no está pasando nada. La pornografía es un invento que tiene validez o existe a raíz de la fotografía. Y define el erotismo: El día que una mujer, que estaba haciendo el amor con un hombre, se dio la vuelta y le miró a los ojos, ese día se inventó el erotismo.

La teta y Bigas Luna
La veneración de Bigas Luna hacia el pecho femenino, con el que hace un juego de palabras en "La teta y la Luna", es obvia. Casi todas las protagonistas de sus películas-Isabel Pisano, Matilda May, Angela Molina, Anna Galiena, Maribel Verdú, Valeria Marini-se caracterizan por su exuberancia pectoral. Los senos son los atributos femeninos que más me gustan. El pecho de la mujer es algo alimenticio, nutriente. Aparte que si los tocas ellas ríen casi siempre. Pero también las caderas, las espléndidas caderas de Valeria Marini, por ejemplo.

Hay una pregunta obligada. ¿Le erotizan a Bigas Luna sus propias películas? Me pueden erotizar las historias en la mente, en cuanto las invento, pero en el momento de rodar soy muy disciplinado, casi germánico. La secuencia erótica de la que se siente más satisfecho está en "Bambola". Sí, de la escena de la anguila es de la que me siento más satisfecho. La anguila, como símbolo sexual funciona. Es una anguila que pasa por el cuerpo de ella, que se enlaza en el cuerpo de él, hasta forma un retorcido ocho, que los une. ¿La secuencia erótica que más me ha impactado? Una de "La age de or", de Buñuel, una mujer chupando un dedo.

Adiós al macho
En la mayoría de sus películas la mujer es un objeto de deseo carnal y el hombre es algo así como un ser primitivo, violento y tosco que huele a la hembra y se pone en celo. Es el tipo masculino que interpreta Javier Bardem en sus tres colaboraciones, Feodor Atkine en "Lola" y Jorge Perugorría en "Bambola".
Estamos asistiendo al declive del macho. El macho ya no se lleva, se va hacia una sociedad más en femenino, en la que los hombres sean más femeninos. Ya no estamos en la época en que el hombre tenía que llevar el dinero a casa, tenía que ser el más fuerte, tener más cojones que nadie, ser el primero en todo. Todo eso ya pasó.

Machos y hembras

Nadie le niega a Bigas Luna su fino olfato para descubrir talentos. Baste citar algunas joyas salidas de su cantera: Javier Bardem, Penélope Cruz, Jordi Mollá, Francesca Neri entre otras.
Angel Jové ("Bilbao", "Caniche", "Las edades de Lulú"). Era en esa época mi alter ego físico, un hombre con un misterio y un aspecto inquietante que a mí me gustaba mucho, muy amigo, un gran pintor.
María Martín ("Bilbao"). De jovencita se había marchado a Sudamérica con un tío mío. Se atrevieron a llamar a esa actriz sex-symbol de los sesenta, y por mí perfecto.
Isabel Pisano ("Bilbao"). Fue una elección como la que hace Leo en la película. Guardo muchas fotografías de mujeres que me gustan. Tenía una fotografía de Isabel Pisano que era una maravilla, una mujer deseable, exuberante, perfecta....hablamos con ella y tuvo la valentía de hacer la película, porque es una película difícil de hacer para una mujer.
Javier Bardem, el macho con aspecto de toro de Guernica. El macho en peligro de extinción. Rudo por fuera, pero tierno por dentro. Un animal cinematográfico que se estrenó de la mano de Bigas Luna como chapero en "Las edades de Lulú", se consagró en "Jamón, Jamón" liquidando a jamonazos a Jordi Mollá, y cantó karaoke con slips de pantera en "Huevos de oro".
Feodor Atkine. Su interpretación en "Lola", era sencillamente terrorífica. Recreaba un personaje que daba miedo al espectador cada vez que se aproximaba jugando con sus bolas de acero entre los dedos a la temperamental Angela Molina.
Matilda May, escogida por tener la teta más bonita para "La teta y la Luna".
Jorge Perugorría sorprende en su papel violento y psicópata de "Bambola" después del suave gay de "Fresa y chocolate".
Dennis Hooper ("Renacer"). Es un gran amigo.
Francesca Neri. Una gamba, según Bigas Luna, en "Las edades de Lulú", que ahora es "Carne trémula" de Almodovar.
Valeria Marini ("Bambola"). por cuyas caderas siente debilidad Bigas Luna.
Penélope Cruz. Descubierta en "Jamón, Jamón". Cabreada a posteriori con su mentor por haberla mostrado demasiado con los senos al aire. Reconciliada plenamente ya que suena como protagonista de "Carmen".
Angela Molina estaba sublime en "Lola", puede que su mejor interpretación. Pese a la espantada de "Las edades de Lulú", sigue siendo una gran amiga mía. Su marcha atrás no se debió a cuestiones personales de ella, yo creo que ella quería hacer la película, sino a que a alguien de su entorno no le interesaba que hiciera nada, y menos esa película, claro.
Aitana Sánchez Gijón ("La camarera del Titanic") tiene una sensualidad blanca, un poco como la Matilda May de "La teta y la Luna", aunque también te la comerías, que conste. Yo me enamoré de su pie, aunque su pie no salga y espero poder mostrarlo en alguna otra película.

Señas de identidad
* Utiliza chupete hasta los cuatro años de edad.
* Estudia en el Liceo Francés
* Se dedica a comer los bocadillos de sus amigos mientras estos juegan al baloncesto.
*
Se interesa por la pintura y la fotografía y expone sus obras en la Sala Vinçon de Barcelona.
* Le fascina el diseño y la fotografía.
* Adora la paella, el jamón y la tortilla de patatas. Detesta el café americano. Quizá habría que declarar la guerra a Estados Unidos. Por la competencia desleal en el cine, no por el café.
* El 20 de enero de 1997 hace votos de no ver más la televisión.




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