CINE
JIMMY P
Arnaud
Desplechin
Hubo un
tiempo en que los directores artesanos, los Aldrich, Sturgess, Hathaway, etc., estuvieron justamente
valorados, y hacer cine comercial, con una buena factura (guion inteligible, ritmo
cinematográfico ascendente, buena fotografía, actores convincentes) era algo
bastante habitual hasta que llegó el cine circense, el de ruido, explosiones,
efectos especiales sin ton ni son para ser deglutidos con palomitas en las
plateas, y el cine serio, en forma de series, se desplazó a las televisiones. siga leyendo en EL COTIDIANO
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