CINE
UNA CITA PARA EL VERANO
Philip Seymour Hoffman
Escasas son las películas dirigidas
por actores que no sean notables, aunque hay alguna que otra penosa excepción
reciente, el biopic sobre Charles Dickens que perpetró no hace mucho tiempo Ralph Fiennes, por ejemplo. A fuerza de ser dirigido uno puede
pasar al otro lado de la cámara y dirigir también. Se aprende el oficio
viéndolo, y sufriéndolo. El primero, y por desgracia, último film de ese gran
actor que era Philip Seymour Hoffman,
que nos dejó tan repentinamente en febrero del presente año, es una película
más que notable. El intérprete de Magnolia
es el arquitecto de esta obra de cámara impecable, con exactamente cuatro
protagonistas y un par de secundarios—es la adaptación de
una obra teatral del dramaturgo Bob
Glaudini, autor también del guión, pero en absoluto es teatro filmado
porque Philip Seymour Hoffman es un
buen hacedor de imágenes—y con el escenario de fondo de la capital del mundo:
New York.
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