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CINE
52 FESTIVAL DE GIJÓN
CRÓNICA VII
Uno
ya empieza a acusar el cansancio de los días a pesar de alojarse en un hotel de
cinco estrellas regentado por dos buenos amigos, y poder discutir con apasionamiento con el huésped
cinéfilo, pues en eso del cine las pasiones, las filias y las fobias tienen más
peso que en la literatura. Así es que al séptimo día del certamen no descanso y
me encuentro más cansado, pero no por ello decido desengancharme de esa droga
que es el cine y sin la que no creo que pudiera vivir, presente en mi vida
desde que tuve uso de razón como válvula de escape de un mundo que no me
gustaba o que me resultaba insuficiente.
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