CINE
MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA
Woody Allen
La
carrera cinematográfica de Woody Allen
es de una comodidad pasmosa. A estas alturas de la vida el neoyorquino no tiene
que demostrar nada y se permite ir rodando cuando le dé la gana, por el simple
placer de hacerlo o porque así viaja, porque sabe que tiene una corte de
incondicionales fieles que, sobre todo en Europa, irán a ver sus películas,
sean magistrales, las menos, agradables, las más, o malas, algunas. Además con
el cineasta neoyorquino se suele dar siempre que a una película importante,
redonda, en este caso la anterior Blue
Jasmine, le siga otra mediana. Es uno de sus trucos. Así, el espectador estará
esperando como agua de mayo su próxima creación por si el judío neoyorquino
hipocondríaco regala al espectador alguna de sus escasas genialidades que va
dosificando expresamente.
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