SOCIEDAD
¿BANQUERO? NO, GRACIAS
Imagino que recuerdan esa campaña
publicitaria de Bankia, ex Caja Madrid, que lanzaron por todo lo alto para
coger dinero a los incautos, es decir, para atracarlos y estafarles. Salían en
los sospechosos anuncios una serie de tipos sonrientes, de todas las clases
sociales, que decían a cámara Yo también
quiero ser bankero, con K de Bankia. Me llamó mucho la atención ese tipo de
campaña publicitaria en unos momentos en que esa profesión, la de banquero, ya
sufría un desprestigio absoluto, pero hubo incautos que picaron y, como ratas
al sonido de la melodía del flautista de Hamelín, invirtieron sus ahorros
comprando acciones de esa entidad naufragada que entre todos hemos reflotado.
El flautista era Rodrigo Rato
tocando la campana, ¿recuerdan?, y haciendo el signo de la victoria o elevando
el pulgar hacia el cielo: Lo he
conseguido, he engañado a media España, se decía en esos momentos para sus
adentros.
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