VIAJES
La segunda vez que estuve en
La Rochelle
No
suelo repetir viajes. No hay tiempo para ello. Ni ciudades. Pero con La
Rochelle hago una excepción. Así es que diez años, o quince, después de haber
desembarcado en ese pequeño puerto marino defendido por dos imponentes
torreones, vuelvo en compañía de esa lluvia persistente y fina que no me deja
en todo el camino por la autopista desde que he salido de Burdeos.
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