CINE / DESCANSA EN PAZ, DE THEA HVISTENDAHL
Curiosa
y perturbadora película noruega que puede adscribirse al género de terror
variante muertos vivientes o zombis, pero sin la casquería habitual del filme
de George Romero y sus innumerables seguidores, más próximo a alguna de las
pesadillas de Lars Von Trier o a los filmes reflexivos de Bergman o Dreyer
obsesionados por la muerte y el Más Allá.
En
un verano muy caluroso de Oslo se produce un extraño apagón general y tres
seres fallecidos, una madre de familia (la actriz y directora iraní Bahar Pars)
que pierde el control de su coche y sufre un accidente aparatoso y muere en el
quirófano de operaciones, un niño que vuelve a la vida dentro de su ataúd y es
desenterrado por su abuelo Mahler (Bjorn Sundquist) y Elisabeth (Olga Damani),
una anciana que regresa desde la funeraria a la casa de su pareja Tora (Bente
Bersum), vuelven a la vida y junto a sus seres queridos provocando reacciones
muy diversas que van desde la aceptación
al rechazo.
La
joven directora noruega Thea Hvistendahl (Oslo, 1989) vuelve al cine de terror
después de Children of Satan (2019) con esta original propuesta que
esquiva el susto fácil para centrarse en el ambiente enrarecido en el que
suceden los extraños fenómenos de resurrección y en la aceptación y rechazo que
ello provoca. ¿Queremos tenerlos con nosotros una vez muertos?, es la pregunta
que flota en el ambiente y que se hace la joven madre Anna (Renata Reinsve) con
su hijo medio momificado en sus brazos o David (Anders Danielsen Lie) que
contempla a su esposa aterrado por su cambio.
Todo
es desangelado y feo, incluida la fotografía, el paisaje urbano inusualmente
desierto, sin nadie en las calles, las neveras vacías de las casas que no
tienen ningún encanto, en este filme que echa mano de unos excelentes efectos
de sonido que mantienen la tensión en sus 99 minutos y de una banda sonora
impactante de Peter Raeburn. Cuando Mahler y su hija Anna se trasladan a una
isla desierta en donde habita una extraña presencia cree ver el espectador una
influencia de Anticristo de Lars Von Trier y allí la directora se
permite un guiño al clásico filme de zombis, y enganchada a matar zombis en un
videojuego está la adolescente hija de David antes de que su madre se estrelle
y se convierta en uno de ellos.
Tiene
Descanse en paz alguna secuencia original como ese intento de suicidio
de Anna envolviéndose la cara en papel de celofán o cuando las alarmas de los
coches saltan cuando se va la luz en la ciudad, por ejemplo. Si el objeto de
Thea Hvistendahl es provocar mal rollo en el espectador, misión cumplida en
este filme de horror metafísico. Dejemos a los muertos en paz.
UNA NOVELA NEGRA SOBRE FONDO BLANCO.
UN RELATO SOBRE LA SOLEDAD Y EL DOLOR
Comentarios