SOCIEDAD
CON LA DEMOCRACIA
NO SE JUEGA
Adolf
Hitler, sin duda uno de los personajes más nefastos que ha producido la
humanidad, llegó al poder, siendo un antidemócrata convencido, por artimañas
democráticas y, una vez en él, se cargó la democracia. El FIS, un movimiento
islamista radical, ganó las elecciones democráticas en Argelia por mayoría, y
en su programa estaba la derogación de la democracia y la instauración de la sharia; un golpe de estado del ejército
no reconoció el resultado democrático, que era un cheque en blanco para que los
antidemócratas abolieran la democracia, ¡vaya paradoja!, y el país se sumió en
una de las guerras civiles más sanguinarias del pasado siglo, laboratorio de
pruebas, junto a Afganistán, de todos los grupos radicales y violentos que han
salido al socaire de enarbolar el Corán y dar un giro histórico hacia el pasado
más oscurantista.
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