LITERATURA / BLACK MOUNTAIN BOSSÒST 2018, PEQUEÑO GRAN FESTIVAL
PEQUEÑO GRAN FESTIVAL:
BLACK MOUNTAIN BOSSÒST 2018
No es
el festival de Sundance, pero podría llegar a serlo por la fama que va
adquiriendo y el prestigio de sus invitados. En la pequeña localidad pirenaica
de Bossòst, mil doscientas almas a ocho kilómetros de la frontera francesa,
bañada por el río Garona que la cruza, impetuoso, sabedor de que luego se va a
convertir en una de las corrientes fluviales más importantes del país vecino,
tuvo lugar por segundo año consecutivo el festival Black Mountain Bossòst /Montanha
Nera Bossòst, aprovechando el puente del 1 de mayo que alargó el evento cinco
días frente a los tres del pasado año.
Más de
veinte actividades diversas relacionadas con la novela negra, el cine, la
poesía. el jazz, el senderismo y la gastronomía tuvieron lugar en la población aranesa
de Bossòst, epicentro del festival, pero también en Vielha, la capital de ese
pequeño territorio de montaña, y en Toulouse, adonde se desplazaron cuatro de
los autores presentes para dar una charla en el Instituto Cervantes de esa
población, por lo que por primera vez el festival cruzó la frontera.
Cuatrocientas
personas, venidas de toda la geografía peninsular y lugareños del propio Valle
de Arán, disfrutaron de los debates, conferencias, sesiones cinematográficas,
marchas por la montaña y la exquisita gastronomía del lugar. Los casi treinta autores
invitados al evento llenaron con sus debates el ayuntamiento de la localidad,
el salón de la Hostería Catalana y el cine de Vielha, y el festival tuvo como
colofón la entrega solemne de premios en el Parador Nacional de la capital
aranesa.
Los
asistentes disfrutaron, entre otras cosas, de la conferencia magistral de Vicenç Villatoro sobre la frontera; la
charla de Amador Marqués, alcalde de
Bossòst, sobre el territorio, cultura e historia del Valle; asistieron a los
apasionados debates sobre los nazis con José
Luis Caballero, José Ramón Gómez
Cabezas, Manuel Sánchez García,
que se traía bajo el brazo su recientemente galardonada novela A plomo (premio José María Pereda) y José
Luis Muñoz, y sobre los maquis con Juan
Madrid, Alfons Cervera y José Luis Caballero, moderados por Mariano Sánchez Soler; debatieron sobre
temas tan candentes como la prisión permanente revisable en la mesa de Asesinos solitarios, bandas de asesinos,
psicópatas y quinquis, que contó con la presencia del policía autonómico y
escritor Rafa Melero, el abogado y
arquitecto José Vaccaro, Paco Gómez Escribano, maestro de la
literatura quinqui, y el multipremiado Carlos Augusto Casas. En el apartado de
la poesía cruzaron versos de diverso calibre el argentino Carlos Salem, el madrileño Rafael
Fuentes, la leridana Albada Albaiges
y la alemana Angelique Pfitzner,
mientras la argentina Susana Villafañe
leía un cuento. Noelia Riaño,
editora de Ediciones del Serbal, y Fernando
Martínez Laínez, uno de los veteranos de la literatura española,
presentaron la novela Ningún lugar de
Rafael Fuentes, que obtuvo el premio
La Orilla Negra del pasado año y se presentaba este. En la mesa de Delincuentes sin fronteras debatieron
sobre el tema de la globalización de la delincuencia veteranos de la talla de Julián Ibáñez o José Luis Caballero, junto a Rafa
Melero, que conoce el tema como profesional de la seguridad, Paco
Gómez Escribano, cuyas novelas se centran en la pequeña delincuencia de barrio,
el suyo, Canillejas, y Pascal Dessaint,
que acaba de publicar en España Morir no
es lo peor. La mesa que se dedicó a indagar en las distopías estuvo
coordinada por el periodista cultural Marc
Muñoz, y Ricardo Bosque,
escritor y comisario de Villanoir, el periodista Xavier Borrell y el escritor José
Luis Muñoz, comisario del Black Mountain Bossòst, coincidieron en estar
viviendo ya en una distopía nacida de las mentes de George Orwell o Philip K.
Dick.
A una
hora tardía, un club de veteranos de las letras formado por Juan Madrid, Alfons Cervera, Fernando
Martínez Laínez, Mariano Sánchez
Soler, Julián Ibáñez y José Luis Muñoz, debatió sobre sus
procesos creativos moderados por Manuel
Quinto. Si Alfons Cervera afirmaba que sólo necesitaba un título y su nombre
debajo para dar arranque a una novela que no tuviera más de 200 páginas nunca, José Luis Muñoz daba fe de la magia
existente en el proceso creativo que le arrastraba como escritor, mientras Mariano Sánchez Soler se mostraba más
disciplinado a la hora de escribir. Fue Manuel
Quinto, escritor y crítico de La Vanguardia, junto al también crítico Joan Salvany, quienes introdujeron a
los espectadores en la obra de Jean
Pierre Melville a los asistentes de este ciclo de tres películas de un noir
tan impactante como estilizado formado por Hasta
el último aliento, El silencio de un
hombre y Círculo Rojo, en las
proyecciones que tuvieron lugar en el cine de Vielha.
El 1 de
mayo por la tarde, tras la excursión del día anterior a las mugas guiados por Sara Díaz, ingeniera de montes y guía
de montaña, que descubrió a los asistentes el paisaje espectacular del Valle de
Arán, sus bosques infinitos y sus cumbres nevadas, fue el momento de desvelar
el premio a la mejor novela negra publicada en castellano en 2017 que se llevó La mala hierba de Agustín Martínez; el de La
Orilla Negra a la mejor novela negra inédita presentada a concurso que ganaron,
ex aequo, José María García Sánchez y
José Ramón Gómez Cabezas por sus novelas
Tráfico y Ojos que no ven; y el emotivo premio a toda una trayectoria dentro
de la novela negra a Juan Madrid por
el conjunto de su obra y su importancia capital dentro del género negro. El
creador de Tony Romano, el gitano Flores de Brigada
Central y de Días contados, glosado
por Alfons Cervera y José Luis Muñoz, que le hizo entrega
del premio, una escultura personalizada de Ángels
Freixenet, agradeció esa distinción en un discurso en el que se remontó a Miguel de Cervantes y al Quijote, para
hablar del hecho literario, y terminó confesando que, tras un largo período de bloqueo,
había empezado a escribir una nueva novela en Bossòst, que el paisaje del Valle
le había liberado y había sido balsámico. Por otra parte el alumno del Valle de
Arán Dani Marín se llevó el premio
Montanha Nera Bossòst con El asesinato de
Susan.
El 2 de
mayo tres autores españoles, Fernando
Martínez Laínez, Julián Ibáñez y
José Luis Muñoz, y un francés, Pascal Dessaint, cruzaron la frontera para dar una charla sobre
ficción y realidad en la novela negra en el Instituto Cervantes de Toulouse,
colofón de un festival que este año ha durado, de forma excepcional, cinco días,
y que ha cosechado éxito de asistencia y multiplicado por dos sus actividades.
Un festival que es posible gracias a la implicación en él del Ayuntamiento de
Bossòst, y especialmente de su alcalde Amador
Marqués, el ayuntamiento de Vielha, la Hostería Catalana, el restaurante
Zurbaran y su chef Martín Inurritegui,
que lo ha abierto para la ocasión, el Parador Nacional de Vielha y el Instituto
Cervantes. Un evento cultural muy singular, entrañable y familiar, una oferta
turística novedosa, imbricada en un paisaje extraordinario, que ya calienta
motores para una tercera edición en 2019 cuyo reto es superar la de 2018.
Esta novela muerde. LOS PERROS. ¿Te atreves? Apartheid, crímenes rituales, violaciones, magia negra...una novela thompsoniana.
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