SOCIEDAD / CON TU DINERO, ESTÚPIDO
Con tu dinero, estúpido
España
no es Argentina y no veremos salir a M. Rajoy de la Moncloa en un helicóptero,
como salió De la Rúa, porque somos una sociedad amansada, así es que habrá que
esperar, y rezar, para que prospere esa moción de censura que desaloje del
poder al partido más indigno de la democracia española y vayan dando cuenta sus
miembros de sus fechorías en sede judicial y afrontado sus penas. De paso,
podrían ilegalizarlo, ya que se ha saltado las leyes a la torera durante
décadas, cuantificar el perjuicio económico causado a la sociedad española (nada
menos que 122.000 millones de euros es lo que han robado según cálculos del
diario Público, lo que le sale que le han sacado de su bolsillo, y del mío,
algo más de 3.000 euros) y embargar los sueldos de sus dirigentes hasta que
salden su deuda. Durante sus mandatos el PP ha sido un cáncer que ha degradado
la política hasta límites insoportables. El PP es el partido más antisistema
del arco parlamentario, porque ha dinamitado el sistema en un intento
desesperado de poner todos los instrumentos a su servicio y casi lo consigue. Estamos
ante una emergencia nacional y una vergüenza internacional. España está en sus
horas más bajas a causa de unos patriotas de pacotilla que han saqueado
sistemáticamente lo público y por ello no pueden permanecer ni un segundo más
en el gobierno.
Lleva
cayendo la mierda, a cubos, sobre un partido que una sentencia judicial, y las
que vendrán, definen como banda saqueadora de las arcas públicas. Podrido hasta
el tuétano, los jueces acreditan una trama criminal que insuflaba dinero negro
en la contabilidad B del partido y compensaba con suculentas comisiones a los
conseguidores. Y esto, que siempre ha sido así, desde su fundación, se
incrementó en la época Aznar, el cazatalentos que supera a Esperanza Aguirre
(12 ministros bajo la lupa judicial), y siguió con M. Rajoy, el hombre
tranquilo hasta que sienta una mano en la nuca que lo meta en el coche policial.
Lo
lamentable y grave del asunto, y no me cansaré de repetirlo hasta la afonía, no
es que un partido político robe a mansalva de las arcas públicas, es decir, de
mi dinero, de su dinero, que sí, es lamentable y condenable, es un robo, es un
multicrimen porque son millones las víctimas afectadas, sino que éstas, los votantes
de esa formación, sigan metiendo su papeleta en la urna sabiendo de su conducta
delictiva, legitime al que le condena a un trabajo precario, mal remunerado, le
roba y encima le coarta las libertades para que no proteste por su situación
lamentable. Uno podría decir que les den por todas partes a esos ignorantes que
lamen la suela de la bota que los aplasta sino fuera porque esa bota también
aplasta a los que no la lamemos.
El
Partido Popular, mal que nos pese, está en el poder porque millones de españoles
lo han votado, confían en él con la fe del converso cerrando oídos, ojos y
nariz. Es un votante temeroso y conservador al que la ética le da absolutamente
lo mismo, la racionalidad no es su fuerte y cree que unos tipos con traje y
corbata, que destilan un cinismo a raudales y mienten como los vendedores de
crecepelo, les van a gobernar mejor que unos rojos o unos desmelenados con
rastas y coletas que les llevarán al caos en donde ya están instalados sin
darse cuenta. Saben que roban, saben que mienten, pero ellos, de poder hacerlo,
también lo harían porque ser corrupto, te dicen, forma parte de la condición
humana, es un mal menor. El votante de esa derecha casposa, inculta,
liberticida y delictiva hunde sus raíces en el franquismo y en la eterna dicotomía
de las dos Españas, y pertenece a la que te hiela el corazón. El Gran Wyoming
dijo en un alarde de ironía que suerte que enterraron a Franco porque todavía
seguirían las colas ante su capilla ardiente.
Se
habla mucho de los políticos, de ese partido que, tras una condena judicial, y
aunque algún palmero mediático, vergüenza de su profesión, niegue la evidencia
(el insoportable rey de las muecas que dirige el diario La Razón), ha quedado
acreditado que actuaba con ánimo de enriquecerse a costa del dinero ajeno, pero
poco de su votante, exonerándole de una enorme responsabilidad. Si votas a un
partido delincuente te conviertes en su cómplice, del mismo modo que si votas a
Hitler eres un nazi. Más grave si sabes, porque es imposible que lo ignores, lo
que ese partido ha estado haciendo. Con tu dinero, estúpido.
Comentarios
El articulo es muy bueno, y muy lucido. Y comparto tu opinion completamente
Ahora solo falta que hagas otra con el mismo nivel, pero hablando de Ciudadanos, porque dan verdadero terror (mas alla de novela negra y todo)
Saludos; julia
(perdona, se me ha desconfigurado lo de los acentos)