CINE / CHRISTOPHER PLUMMER, UN CABALLERO CANADIENSE
CHRISTOPHER PLUMMER, UN CABALLERO CANADIENSE
Por
altura, atractivo y elegancia, el actor Christopher Plummer recién fallecido (5 de febrero de 2021) tras una
larga vida de 91 años, me recuerda a Rex Harrison, este británico, aquel
canadiense. A Christopher Plummer lo descubro haciendo de malo en una
película de romanos (Rex Harrison era Julio Cesar en la Cleopatra
de Joseph Leo Mankiewicz), en el papel de un cruel y tiránico emperador
Comodo en la película de Anthony Mann La caída del imperio romano,
papel que interpretaría Joaquin Phoenix en su secuela Gladiator
de Ridley Scott, pero su popularidad le vino de manos de Robert Wise,
acompañando a Julie Andrews en un musical naif llamado Sonrisas y
lágrimas en el que interpretaba, pero no cantaba (cogió un buen disgusto
con el director), al capitán Von Trapp, un opositor al nazismo que hacía
gorgoritos en los verdes campos austriacos.
Contra
lo que pudiera parecer, el éxito de Sonrisas y lágrimas no lo capitalizó
el actor canadiense sino la actriz Julie Andrews. A partir de entonces
lo vi en pequeños papeles, que dignificaba con su sola presencia, en películas
bélicas como Triple Cross de Terence Young, o La batalla de
Inglaterra de Guy Hamilton, y en películas históricas como La
real caza del sol (haciendo del inca Atahualpa con la cara pintarrajeada y
sus ojos azules mientras que el rubio Robert Shaw era Pizarro), o en Waterloo,
la superproducción rusa de Sergei Bondartchuck. John Huston lo
cogió para El hombre que pudo reinar, en donde encarnaba, en una breve
aparición, a Rudyard Kipling; Blake Edwards, el marido de Julie
Andrews, le ofreció El regreso de la pantera rosa para acompañar a Peter
Sellers y Franco Zeffirelli hacer de Herodes en Jesús de Nazareth.
El actor canadiense parecía condenado a ser toda su vida un actor de reparto.
Pasa
desapercibido, al menos no me acuerdo de sus interpretaciones, en Star Treck
IV, Una mente maravillosa y en Alejandro, el fiasco de Oliver
Stone junto a un Colin Farrell haciendo de Alejandro Magno. Está,
como secundario, en las notables Syriana de Stephen Gagham, Terrence
Malick lo tiene colono en El nuevo mundo, hace de banquero corrupto
en Plan oculto, la excelente y sorprendente película de atracos de Spike
Lee y es el multimillonario Paul Getty en la película de Ridley Scott
Todo el dinero del mundo sustituyendo al linchado Kevin Spacey.
Es su compatriota, el canadiense de origen armenio Atom Egoyan, el que
le ofrece los mejores papeles de su carrera, sin lugar a dudas, en Ararat,
sobre el drama del pueblo armenio, junto a Charles Aznovour y Elias
Kotekas, y haciendo de nazi desmemoriado (por fin protagonista) que se cree
judío superviviente del Holacausto en Remember. El cine desaprovechó su
talento.
Magnética, hipnótica, kafkiana...
“Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos”.
Jorge Luis Borges
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