CINE / LA CHICA DEL BRAZALETE, DE STÉPHANE DEMOUSTIER
LA
CHICA DEL BRAZALETE
Stéphane
Demoustier
Bajo la
envoltura de un thriller judicial francés, un género ampliamente explotado por
la cinematografía anglosajona pero muy poco por la europea, lo que la película
de Stéphane Demoustier (Lila, 1977), director de Allons enfants, pone en
la picota en este film casi bressoniano es el problema intergeneracional, la
distancia que separa padres de hijos.
Lise
Bataille (Melissa Guers, una actriz que interpreta desde la inexpresión
premeditada), una adolescente de 16 años aparentemente normal, es detenida por
la policía acusada del asesinato de su íntima amiga, y espera juicio con sus
padres, el rígido Bruno (Roschdy Zem) y la desentendida y depresiva
Celine (Chiara Mastroianni, la hija de Catherine Deneuve y Marcello
Mastroianni que tan poco se prodiga en el cine). Cuando tiene lugar ese
juicio, aplazado dos años (Lise lleva en el tobillo un brazalete electrónico,
de ahí el título del film), ante las preguntas de la acusación que ejerce la
fiscal (la mujer del director, Anaïs Demoustier) y su abogada (Annie
Mercier), Lise muestra una actitud totalmente apática mientras se desvela
su agitada y promiscua vida sexual—esa
felación grabada a su amigo Nathan (Mikael Halimi) cuya difusión por las
redes por parte de su amiga puede ser el móvil de ese presunto asesinato—, y una relación lésbica con la víctima la
noche misma de su asesinato.
Con una
puesta en escena minimalista y sin ningún tipo de subrayados, Stéphane
Demoustier construye un film tan impecable como gélido que contrasta puntos
de vista generacionales. En un momento del juicio, la abogada apela a los
miembros del jurado y les dice que no están allí para juzgar la vida de esa
joven, que pueden no comprender o les escandalice, sino su culpabilidad o
inocencia en un crimen. Lo que está vestido de drama judicial, con sus
correspondientes sesiones y presencia de testimonios de la policía, el forense
y los testigos, no es otra cosa que un análisis del abismo que separa a las
nuevas generaciones de las de sus padres y como aquellas son perfectas
desconocidas por estas hasta que un hecho traumático, como ese asesinato que se
juzga, pone a los progenitores ante el espejo que se han negado a mirar durante
tantos años.
Salvando
mucho las distancias, a los padres de Lise les ocurre algo parecido a lo que le
sucedía a Hank Deerfield (Tommy Lee Jones) con respecto a su hijo
Mike en la película En el valle de
Elah: que no saben nada de su hija.
La novela sobre la impostura y los impostores que todos llevamos dentro. Una novela negra asfixiante sobre identidades impostadas que acaban devorando a los que impostan.
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