CINE / HELMUT NEWTON, PERVERSIÓN Y BELLEZA, DE GERO VON BOEHM

 


Helmut Newton (Berlín, 1920-Los Ángeles, 2004) fue provocador sin proponérselo. Uno de los más geniales fotógrafos que ha tenido la humanidad es el objeto de este documental de Gero von Boehm (Hannover, 1954) que recoge buena parte de su ingente obra fotográfica, entrevistas, sesiones de trabajo y habla con las modelos que tuvieron el privilegio de posar para él y cuya lista es interminable: Hanna Schygulla, Isabella Rossellini, Charlotte Rampling Catherine Deneuve, Grace Jones, Claudia Schiffer, Marianne Faithfull, Anna Wintour.


Hemult Newton, un judío que se formó en Berlín de mano de la prestigiosa fotógrafa Elsie Simon que fue asesinada por los nazis, voló luego a Australia huyendo de la persecución en su país de nacimiento a bordo de un barco y adoptó la nacionalidad australiana. En Estados Unidos y en Europa cimentó su carrera de enfant terrible del objetivo y transformó su apellido germano Neustädler por el de Newton, trabajando para las más prestigiosas revistas de moda del mundo como Vogue, Elle y Marie Claire, en los tiempos de esplendor de Yves Saint Laurent o Karl Lagerfield, a los que también inmortalizó, y terminó siendo uno de los más provocativos y controvertidos fotógrafos eróticos que publicaba sus fotos más osadas en Playboy y GQ. El objetivo de su cámara, tras el que se escondía, escrutó a fondo rostros y cuerpos con elegancia extrema. Veroushka, Jerry Hall, Claudia Schiffer, Naomi Campbell y famosos como Elizabeth Taylor, Charlotte Rampling, Paloma Picasso, David Lynch, Isabella Rossellini, Madonna y la ex primera dama de Francia, Carla Bruni, madame Sarkozy, posaron para este genial artista de los claroscuros obsesionado por la belleza glacial y mujeres que sólo existían en su mente.


La provocación de sus desnudos, por los que Newton será recordado, es que estos, siempre mujeres, aparecen desvestidas en lugares públicos o junto a caballeros primorosamente vestidos, con lo que se acentúa su desnudez por contraste. Sus mujeres, todas altas, estilizadas, de larguísimas piernas, pasean desnudas por pasarelas contoneándose sobre finos tacones de aguja que son lo único que llevan, posan es escenarios sofisticados, son bellas, duras y elegantes y rezuman poder por todos sus poros. Newton buscó en sus cuerpos más ángulos que redondeces, aunque le reprochara a Grace Jones, como recuerda ella misma en una divertida entrevista, el poco pecho que tenía y a Hanna Schygulla que no se hubiera depilado las axilas. En una de sus fotos memorables retrata a cinco modelos exquisitamente vestidas y en otra, con la que forma un díptico absolutamente desnudas en idéntica composición y pose.


Considerado como uno de los grandes renovadores de la fotografía del siglo XX, en la línea de Man Ray, Newton siempre fue reticente a considerarse un artista y gustaba de referirse a sí mismo como un mercenario que hacía fotos para el mejor postor. Alardeaba de lo que le pagaban y de la vida cómoda que su estatus social le permitía tener. Pero la sensación que transmiten sus fotos, sin lugar a duda verdaderas obras de arte, aunque él se negara a reconocerlo, lo hermanaron con los surrealistas. ¿No es surrealismo acaso esa mujer que desaparece en la boca de un cocodrilo? ¿O la recreación del mito de Leda y el cisne que mucho vieron como una reivindicación de la zoofilia? Odio el buen gusto. Es lo peor que le puede pasar a una persona creativa, solía decir a sus detractores que lo calificaban de perverso. Era un poco perverso, afirma Grace Jones, riendo, como yo.


Helmut Newton, el mejor retratista de desnudos femeninos del siglo XX, tuvo muchos detractores, unos escandalizados por sus fotos sin coartadas, otros irritados, y algunos, como las feministas, porque sus mujeres eran tan bellas como irreales, el fruto directo de sus sueños eróticos, el delirio húmedo de un machista que recreaba un tipo de mujer objeto que sólo existía en sus fantasías como le recrimina en una entre vista Susan Sontag a quien no le gustan nada las fotos que hace.


Son las obras de los años noventa en las que se puede apreciar las claves del autor que dignificó el erotismo y el fetichismo. Pero el documental ahonda en los aspectos más íntimos del fotógrafo, el trato respetuoso y caballeresco que dispensaba a sus modelos a las que pedía que se desnudaran para recoger la belleza de sus cuerpos con su cámara pero jamás se propasó con ellas, ni lo intentó, su sentido del humor muy judío, su vitalismo que le impedía pensar en la muerte, porque ante algo inevitable consideraba que era absurdo perder el tiempo, y su relación con June, también fotógrafa, la mujer de su vida, con la que se casó en Australia y fue su cómplice durante toda su carrera y su más firme defensora y admiradora para quien el propio Newton, haciéndose un guiño a sí mismo, posó desnudo.


Apasionante el documental de este director alemán sobre la vida y milagros de un fotógrafo que, de ejercer ahora, en esta época de puritanismo y corrección política, habría sido cancelado con toda seguridad, acusado de misógino y de cosificar a la mujer. El genio que no se consideraba tal sino un simple mercenario de la fotografía bien pagado, retrató rostros y cuerpos, siempre femeninos, porque consideraba a los hombres meros adminículos en sus fotografías, comparsas que hacían que las mujeres destacaran, ellos sí objetos. Odio el buen gusto, solía decir, para defender lo provocativo de sus trabajos, como cuando retrataba pollos espatarrados para ser metidos en el horno junto a glamurosas manos de mujer enjoyadas.


Helmut Newton falleció en Los Ángeles en un accidente de automóvil en 2004, tras sufrir un paro cardiaco al volante. Eso dijeron ¿Accidente o suicidio, como en un principio se especuló? Un final abierto para un hombre que vivió toda su vida como quiso y fue un rebelde en su forma de vivir y ver el mundo. No lo olvides, todo lo que ocurre está en la cabeza, solía decir, parafraseando a Arthur Schnitzler, el autor de Historia de un sueño (inspirador de Eyes Wide Shut de Stanley Kubrick) para referirse al onirismo que desprendían las composiciones de sus fotos que buscaban siempre lo forzado y huían de lo natural porque Helmut Newton era un creador.

Este excelente documental se puede ver en la plataforma RTVE Play.







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