CINE
PHILIP SEYMOUR HOFFMAN,
UN ACTOR IRREPETIBLE
Decir
que Philip Seymour Hoffman era uno
de los actores más brillantes de su generación puede resultar una obviedad. Al
protagonista de esa redonda película negra que fue el testamento de Sidney Lumet y cuyo título es Antes de que el diablo diga que has muerto,
su físico nada agraciado no le supuso ninguna barrera para formar parte de la
élite de actores de su país. Rubio, corpulento y de ojos azules que podían
mirar con ternura u odio acerado, su presencia magnética llenaba la pantalla y
su nombre en los títulos de crédito de una película era una garantía de que, al
menos, ibas a ver una buena interpretación: la suya.
Comentarios