CINE
EN TERCERA PERSONA
Paul Haggis
Puede
que ésta sea la película más personal de Paul
Haggis (Ontario, 1953), y, también, la que menos guste a los seguidores del
realizador canadiense que tiene una escasa filmografía, sólo tres películas,
como director. El guionista de Million
Dollar Baby es un excelente contador de historias y la hondura de ese film
de Clint Eastwood deberíamos
achacarlo por igual al director y al guionista. Paul Haggis es también el director del impactante thriller sobre la
guerra de Irak En el valle de Elha y
del film de historias cruzadas Crash,
con el que debutó tras la cámara. Y con éste último, en cuanto estructura,
tiene que ver bastante En tercera persona
aunque se centre en dos historias sentimentales, ambientadas en Roma y París, y
en el drama de una madre que intenta recuperar a su hijo aunque haya perdido su
custodia por una discutible negligencia, en Nueva York.
Pero
de lo que realmente va En tercera persona
es de literatura, del escritor y la enfermedad de narrar, de cómo quien inventa
historias saca sus personajes de la realidad, fagocita situaciones vividas o se
las imagina a partir de premisas, provoca otras para saber cómo reaccionarían
sus personajes, utilizando a las personas como conejillos de indias de sus
experimentos literarios, o utiliza la literatura como terapia y exorcismo para intentar
curarse de males irreparables.
A
pesar de su metraje, 137 minutos, En
tercera persona pasa ante el espectador a velocidad de crucero porque Paul Haggis sabe imprimir un buen ritmo
al entremezclar sus tres historias principales, dos de las cuales, la que
protagoniza un atolondrado empresario americano en Roma, Scott (Adrian Brody), que se enamora irracionalmente
de una bella gitana desconocida, Monika (la israelita Morian Attias), hasta el punto de entregarle todo su dinero a su
marido, el mafioso Marco (el italiano Ricardo
Scamarcio), para que recupere a su hija, y la de la pareja formada por Rick
(James Franco), pintor adinerado que
vive con la sofisticada Sam (la actriz francesa Loan Chabanol), y Julia (la ucraniana Mila Kunis), camarera de hotel, en liza por la custodia del hijo de
ambos, son los talones de Aquiles del film porque la primera, un sainete
italiano lleno de tópicos no es creíble, y la segunda, un melodrama, tarda demasiado
en estallar para concitar el interés del espectador, y el pegamento que utiliza
para interrelacionarlas, el personaje de Theresa (Maria Bello), abogada de Julia y, al mismo tiempo, esposa
divorciada de Scott, resulta demasiado artificial. Así es que la única historia
que borda Paul Haggis es la
principal, la que protagoniza un escritor en horas bajas que se retira a París
para escribir, Michael (Liam Neeson),
su joven amante Anna (Olivia Wilde),
una escritora diletante que busca su apoyo, y la esposa del primero, Elaine (Kim Basinger), de quien se ha separado por
su joven amor y por el sentimiento de culpa por un accidente familiar que
intenta exorcizar en la novela que está escribiendo.
En tercera persona
dista mucho de ser una película perfecta, pero Paul Haggis consigue el milagro de que las piezas vayan encajando
una en otra y de que las tres historias, aparentemente ajenas entre sí, acaben
estando íntimamente interrelacionadas. Por ello es un film que chirría muchas
veces cuando se está viendo pero que adquiere altura cinematográfica en las
últimas secuencias, cuando el director de Crash
decide poner todas sus cartas sobre la mesa y que más o menos todo encaje.
Manejarse
en tres escenarios, con actores de muchas nacionalidades y tres idiomas, y saltar
de la comedia erótica (los encuentros en el hotel entre Michael y Anna) al
drama más desopilante (el intento desesperado de Julia por abrazar, aunque sea
un instante, a su hijo) hacen de En
tercera persona un film desajustado.
Comentarios