LITERATURA / MIS LIBROS Y SUS HISTORIAS: LOS OJOS AJENOS
En 2020 cumplo 50 libros
1989
LOS OJOS AJENOS
Mi cuarto libro fue mucho más modesto y no tuvo
repercusión alguna. Era una novela corta de 100 páginas que giraba en torno a
la ceguera y era de género terrorífico. Estaba por entonces muy influenciado
por la literatura fantástica, leía constantemente a Borges y a Cortázar, no
estaba muy lejano el día que había acabado Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato. La novela giraba en torno a un paciente
aquejado de ceguera progresiva que recibe el trasplante de córnea de un
difunto. Algo empieza a funcionar mal cuando desde el Más Allá, el muerto le
reclama sus ojos y el receptor empieza a tener pesadillas muy desagradables y a
sufrir una serie de accidentes, cada vez más graves. Era otra de mis novelas de
terror después de El Barroco, pero en
Los ojos ajenos no había ningún guiño
al humor.
La ceguera era un tema que me obsesionaba. Además
tenía un par de amigos ciegos, y a uno de ellos aún lo conservo y no se pierde
ninguna de las presentaciones de mis libros y eso que nuestra amistad data de
los años 60, más de cincuenta años de relación. Sacaba a los dos ciegos a
pasear algunos sábados por la tarde, los llevaba por las Ramblas, ellos con sus
bastones blancos, y no era lo mío hacer de lazarillo porque más de una vez se
habían comido una farola. Quizá me inspiré en ellos para escribir esa novela.
Como estaba en buena racha, 3 primeras novelas y 3
premios literarios conseguidos y publicadas las 3 en buenas editoriales, la
envié a un concurso. Por su brevedad, me costaba encajarla en alguno. El
Ayuntamiento de Toledo convocaba el premio de novela corta Félix Urabayen. No
tenía ni idea de quién era ese tal Félix Urabayen y presenté Los ojos ajenos a concurso. No lo ganó,
creo que el ganador fue José Manuel
Costas Goberna, pero quedó finalista y el Ayuntamiento de Toledo propuso
publicarla.
La novela la editó La Voz del Tajo, que imagino que
sería el periódico local. Una edición modestísima y un diseño de portada, para
qué engañarnos, espantoso en el que había alguien mirándose en un espejo y se
le veía un ojo. Podrían haberse inspirado en Le chien andalou de Luis Buñuel. La foto de autor era la misma de Barcelona negra y El cadáver bajo el jardín. Lo mejor es que me invitaron a la fiesta
que daban con motivo de la concesión del premio y publicación de la novela
ganadora y finalista y me pagaron el hotel. Departí con el alcalde del PP José Manuel Molina. La cena fue opípara, con mucho
embutido de la región. Estuve charlando con José Manuel Costas Goberna, que era profesor de literatura en un instituto.
Recibí, creo que cincuenta ejemplares de mi novela, y regresé a Barcelona.
Paradójicamente mis únicos problemas serios de salud están relacionados con la vista, no con la córnea sino con la retina. Un día cerré el ojo derecho y me di cuenta de que en la visión del izquierdo había una parte central completamente en sombras: rotura de retina. Ese ojo no se acaba de arreglar y quizá termine con un parche, como un pirata.
En 2020 cumplo 50 libros y lo celebramos el 19 de marzo a las 19 horas en la Librería Alibri de Barcelona
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