CINE / ETERNO VISIONARIO, DE MICHEL PLACIDO
La vida de Luigi Pirandello, uno de los más prestigiosos dramaturgos italianos, casi fue más tormentosa que sus obras de teatro. Próximo al fascismo, con una esposa a la que hubo de internar en un psiquiátrico por su demencia agresiva y con unos hijos que siempre le reprocharon su ausencia, salvo una de ellas, el escritor, absorto en la creación de sus obras, se pasó la vida huyendo de la realidad. El actor Michele Placido (Ascoli Satriano, 1946), aquí como director de Eterno visionario , opta por situar la historia cuando Pirandello acude en 1934 a Estocolmo a recibir el Premio Nobel de Literatura y, en su largo viaje en tren, rememora alguno de los hitos de su vida como la posesión de una mina de azufre en la atrasada Sicilia que heredó de su padre, y en la que trabajaban niños hasta la extenuación, que sufrió una inundación en la que perecieron varios de sus trabajadores; el escándalo que supuso, y también fracaso en el teatro, el estreno de su obra más celebrada, Seis perso...