SOCIEDAD
LA GRAN MENTIRA
José Luis
Muñoz en SUBURBANO MIAMI
Muchas veces me he preguntado por la relatividad de
los actos según en donde estos se cometan, como si la latitud o las coordenadas
los hicieran más impunes en unos lugares que en otros. Por ejemplo, la mentira.
La mentira tiene efectos letales en Estados Unidos
si quien incurre en ella es un político y la casuística es amplia. Hace
cuarenta años The Washington Post, con
los periodistas de investigación Carl Berstein y Bob Woodward que tiraron del
hilo informativo a la cabeza, hizo un gran servicio a la democracia desmontando
las mentiras de un presidente norteamericano indigno de ocupar la más alta
jefatura de su país, Richard Nixon, y forzó su dimisión a raíz de sus revelaciones.
Aseguró Dick el Mentiroso,
sobrenombre por el que fue conocido a partir de aquel momento, no tener nada
que ver con el escándalo Watergate, el espionaje republicano en la sede
demócrata llevado a cabo por funcionarios de la CIA, y esa doble felonía,
espiar y mentir negándolo todo, le costó la presidencia el 8 de agosto de 1974.
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