LITERATURA
CANCIONES PARA UNA MÚSICA SILENTE
Antonio Colinas
Reúne
Antonio Colinas (La Bañeza, León,
1946) en Canciones para una música
silente una serie de poemarios imprescindibles que son un abanico de su
creatividad poética.
El laberinto invisible
consta de los poemarios En invierno
retorno al Palacio de Verano, de temática oriental, y de Catorce retratos de mujer, trece
fotografías femeninas hechas verso. Los poemas que componen Semblanzas sonámbulas tienen hondura
reflexiva y filosófica y en ellos hay rastros de Fray Luis de León, Vicente
Aleixandre y Goethe. Las
opciones vitales como trenes que parten de una estación: En el centro de la Estación Central,/estoy quieto, de pie,
extraviado/con mi maleta,/y es como si todos los trenes del mundo/estuvieran
llegando y partiendo/a mi alrededor./Pero, como en la vida,/no sé cuál puede
ser/mi tren definitivo,/el que puedo perder para siempre. siga leyendo en EL COTIDIANO
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