CINE / EL CLAN
EL CLAN
Pablo Trapero
Ya hace muchos años que el cine argentino se quitó
de encima el estigma de producto para consumo interno y empezó a conquistar el
mercado internacional. El clan es una perla dentro del género
negro que se puede degustar, sin empacho, junto a Sicario de Denis Villeneuve,
así es que coinciden en cartelera dos películas sumamente apetitosas para
alegría de los aficionados al género.
Este film argentino, decididamente noir, una versión porteña de la
australiana Animal Kingdom, es un relato
escalofriante sobre una banda que delinque en familia. Una familia de clase
media más que acomodada, los Puccio, unida por el delito. Un clan con lazos de
sangre que, desaparecida la infausta dictadura militar argentina, le toma el
gusto de chupar, y chupa hijos de adinerados por los que
exige rescate y devuelve cadáveres.
Cínica, dura y escalofriante, y tan creíble como que
fue realidad. Por esta vez el rótulo de inspirado
en hechos reales no eriza los vellos del brazo cuando se acaba de verla, o
los eriza más imaginando que esos desalmados existieron. Madre e hijos
siguiendo a ese pater familia
infernal, el turbador y odioso Arquímedes Puccio (colosal Guillermo Francella), un protector tiránico que se cree por encima
del mal y del bien y que llena su caja fuerte de dólares provenientes de esos
secuestros que son asesinatos.
Escalofriante la personalidad de ese frío criminal que cree hacer lo
correcto porque lo hace por los suyos, por la familia, y lo que haga por ellos,
aunque sea asesinar, bien está, y la aceptación por todos sus miembros de esa
forma de vida, su corrupción abyecta, incluido su hijo Alex (Peter Lanzani), estrella del equipo de
rugby Los Pumas, que, a pesar de que le asquea el proceder de su padre, no se
acaba de rebelar contra el modus vivendi
de los Puccio.
La película de Pablo
Trapero (San Justo, 1971) tiene un itinerario perfecto y es puro cine negro,
del que golpea con fuerza al espectador sin tener que recurrir a un exceso de
brutalidad o sangre. Una buena inversión de El Deseo, la productora de los Almodóvar, que, una vez más, apuesta
por el cine argentino y demuestra tener un buen olfato.
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