CINE / CAROL DE TODD HAYNES
CAROL
Todd Haynes
No
todas las novelas que escribió Patricia
Highsmith fueron del género negro. La indiscutible maestra del thriller
psicológico, la creadora del perverso personaje Tom Ripley, uno de sus más
extraordinarios hallazgos, también escribió novelas sentimentales como esta Carol, publicada con pseudónimo, que el realizador norteamericano Todd Haynes (Safe, Velvet Goldmine, Lejos del cielo…), con guión de Phyllus Nagy, ha adaptado para la gran
pantalla. Carol, posiblemente, por su
temática lésbica (la escritora norteamericana lo era) sea una de sus novelas
más personales.
La
película está ambientada en 1950, en Nueva York, y esa, la ambientación, el
tono de la fotografía, la impecable dirección artística, puede que sea una de
sus mejores bazas. Therese Belivet (Rooney
Mara), la dependienta de una tienda de Manhattan que lleva una vida
anodina, conoce a una elegante y bella clienta, Carol Aird (la siempre
excelente Cate Blanchet) cuando ésta
entra en su tienda a efectuar unas compras. A partir de ese momento Carol se
hará la encontradiza con Therese, la invitará a tomar café y terminará
seduciéndola.
Algo
chirría en el fondo de esta película y es la credibilidad. No sabe, o no puede,
Todd Haynes crear la atmósfera
precisa para propiciar esa relación amorosa entre mujeres que resulta
completamente descafeinada. No acaba de entender el espectador las razones por
las que esa mujer, segura de sí misma pero con un matrimonio con Harge Aird que
hace aguas por su tendencia sexual, se haya de fijar en esa dependienta a la que conoce por estar al otro
lado del mostrador; y demora Todd Haynes,
hasta la extenuación, ese encuentro íntimo entre las dos mujeres que nunca
acaba de producirse y se pospone siempre sin mucha razón para ello, y que, cuando
llega, salta de todo menos chispas (tome nota de La vida de Adele). Eran otros tiempos, desde luego, en el que ese
tipo de relaciones estaban perseguidas y sobre Carol pende la amenaza de perder
la custodia de su hija. Therese y Carol son esclavas, en teoría, de su pasión,
pero lo malo es que no hay pasión en el filme de Todd Haynes sino una frialdad absoluta que hace que esa relación
interclasista entre las dos mujeres, alejadas en personalidad, edad y
formación, suene completamente a artificial.
Carol es una
película lenta y llena de tiempos muertos, con personajes secundarios
desdibujados—Harge Aird (Kyle Chandler),
el lloriqueante marido no es nada convincente; y Dannie (John
Magaro), el novio fotógrafo de Therese, es absolutamente irrelevante— y falta de intensidad
dramática que queda de manifiesto en su plano final en el restaurante, abierto
a la nada.
Rooney Mara
(La red social, Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres) obtuvo por su
interpretación el, para mí, inexplicable premio a la Mejor Actriz en el último
festival de Cannes, y la película tiene opciones, para sus dos actrices, para
los premios de la Academia.
Booktrailer de "Ascenso y caída de Humberto da Silva"
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