CINE / EL 47, DE MARCEL BARRENA

 


Cuando se unen talento cinematográfico para contar una historia, emotividad del director porque lo que cuenta le llega a nivel personal y es capaz de trasladarlo al espectador, y consigue que todos sus intérpretes, hasta los más secundarios, leviten en estado de gracia absoluta en su historia cinematográfica, se produce el milagro, y eso es lo que sucede con esta película tan pequeña como luminosa, El 47, que habla de la historia real de esa línea de autobús que, por la cabezonería de su conductor que vivía en Torre Baró, consiguió que llegara a su barrio encaramado en la montaña.


Manolo Vital (un Eduard Fernández sencillamente extraordinario que va a por un Goya) es un albañil extremeño que llega a Torre Baró, una zona montañosa de Barcelona, con su hija de meses con la ilusión de hacerse su casa en un terreno que compró. Él, como sus otros vecinos, transforman sus primitivas barracas en modestas viviendas. Consiguen que les llegue la luz, que les construyan el alcantarillado, a duras penas que tengan agua corriente pero no tienen transporte público por lo empinadas y estrechas que son las calles de esa barriada pobre, lo que les supone andar kilómetros para bajar a Barcelona a trabajar y lo mismo para regresar, hasta que ese luchador nato que es Manolo Vital, conductor de la línea 47, harto de reclamar ante las autoridades locales la necesidad de que esa línea llegue al barrio y no le hagan caso, secuestra un autobús y demuestra que es posible.


El 47 es una muestra dignísima de cine social y el joven director Marcel Barrena (Barcelona, 1981), habitual de los Gaudí (tiene dos premios) y los Goya (ha sido nominado por todas sus películas) que ya dirigió a Eduard Fernández en Mediterráneo en donde interpretaba a Oscar Camps, el fundador de Opem Arms, puede que sea nuestro Ken Loach. La película cuenta la historia de un barrio luchador de gente humilde que se pasó la vida batallando por su dignidad y construyó sus viviendas con sus propias manos frente a la represión del franquismo, que las derribaba una y otra vez porque no conseguían techarlas antes de que amaneciera incumpliendo una absurda ley de la vivienda vigente en aquella época, y la indiferencia de las autoridades locales cuando murió Franco que apenas sabían de la existencia de ese barrio periférico.


Marcel Barrena retrata con precisión el entorno familiar de su protagonista, la relación con la hermana Carmen (Clara Segura), la monja social que cuelga los hábitos para casarse con él y dar clases a los niños del barrio, su hija Juana (Zoe Bonafonte), aspirante a cantante que canta la canción Gallo negro, gallo rojo en el auditorio de su colegio que pone los vellos de punta, y con Pasqual Maragall (Carlos Cuevas), cuando el alcalde de Barcelona era funcionario del ayuntamiento y pasajero del 47 que traba una sólida amistad con tan insólito luchador. Emotivo film social que es un recuerdo a esos luchadores anónimos que batallaron toda su vida para mejorar la vida de los suyos y la de sus vecinos. Film que debería proyectarse en todas las escuelas como ejemplo de la dignidad de la clase trabajadora.


Un atraco que no va como los atracadores planean (La colombiana), La nieve como sudario (El frío persistente). Un nuevo modelo del coche que lleva a su conductor al infierno (Ford infierno). Una detención errónea (Pero si estoy con los milicos). Un viaje que es una pesadilla (Viaje en autocar). Un asesinato en un club nudista (El desnudo en la playa). La selección de las especies en la sociedad del futuro (Lo mejor que la naturaleza ha dado al hombre es la brevedad de la vida). Un cazador de mujeres (Los hábitos del violador). Una sala de exposiciones muy especial (Los pintores muertos). Más de una vez fusilado (La fosa y el infierno). La tentación del suicidio (Sin zapatos). Un trayecto en avión que es una sentencia (Juicio final en el valle de lágrimas). Un cocinero chino con doce dedos (Chen, el polidactílico). Realidades paralelas entre llamas (El fuego). ¿Qué hacer cuando se despierta uno con un muerto al lado? (Mar adentro). No es oro todo lo que reluce (Mónica Bellucci). Con un padre así, mejor no tenerlo (De tal palo). Un asesinato por encargo que no cumple alguna de sus condiciones (La cabeza desenterrada). Asesinato en un tren (No llegarás a Granada). Muertes en un asilo (El niño que no mataste). La vida es un trayecto en tren con estaciones (El último tren no tiene destino). En Cuba hasta los crímenes tienen gracia (Cuatro ojos y la Tudanca). La fábula del cazador cazado (La sexta cabeza). Una piscina con historia (Hierba en la piscina). Una apología incendiaria (Que mi cuerpo sin banderas arda en el fuego). Puertas que se abren a otra dimensión (La última puerta). Homenaje a un escritor maldito (La rubia del bar). No siempre se acierta (Chacal en la nieve). La ciudad más negra de Estados Unidos (Tipos de Nueva Orleáns). El resultado de no apretar el gatillo (El disparo detenido). Las andanzas de un sicario noruego harto de la Costa del Sol (Petter el noruego).

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