CINE / LA PRÓXIMA PIEL, DE ISAKI LACUESTA E ISA CAMPOS
Ana (Emma Suárez), una
madre que perdió a su hijo Gabriel en la montaña, cree recuperarlo al cabo de
ocho años en un adolescente amnésico que se hace llamar Leo (Alex Monner) y que
ha ido a parar a un centro de acogida francés después de haber cometido
pequeños delitos. El monitor del centro Michel (Bruno Todeschini) acompañará
durante unos días la inmersión de Gabriel en su nueva familia mientras el tío
del chico, Enric (Sergi López), está convencido de que es un impostor.
Clint Eastwood trató este
tema, el de las imposturas filiales, en El sustituto. Allí, a la madre
interpretada por Angelina Jolie, la sociedad trataba de imponerle un niño que
no era suyo y esta se rebelaba. En la película de Isaki Lacuesta e Isa Campo
reina la ambigüedad hasta un final que no la despeja, sino que la alimenta. ¿Leo
es Gabriel, el hijo desaparecido? ¿Ana lo acepta, por desesperación, a pesar de
saber que ese no es su hijo y por esa razón rechaza las pruebas de ADN? ¿Juega
Leo con la debilidad emocional de su supuesta madre o bien agradece que alguien
se ocupe de él y lo cuide?
La próxima piel
podría estar inspirada en un caso de impostura fascinante acaecido en el sur de
España en donde un adolescente en un centro de acogida, tras hacer una búsqueda
por Internet de jóvenes desaparecidos de parecidas características físicas y
edad en todo el mundo, escogió a una familia de Estados Unidos con la que acabó
reuniéndose, ignorando el siniestro secreto por el que fue aceptado en su seno.
Quien engañaba fue, a su vez, engañado y suplía al hijo del que esos padres se
habían desembarazado años atrás. Por muchos años de ausencia, una madre,
instintivamente, reconoce a su vástago, aunque esta sufra amnesia.
La película de Isaki Lacuesta
e Isa Campo indaga, como otras posteriores del director catalán, en los
conflictos de familia. Ambientada en una población de los Pirineos fronteriza
con Francia, en donde Ana tiene un trabajo en los remontes de la estación de
esquí, los directores sacan partido del ambiente gélido y la violencia larvada
en las actividades cinegéticas del lugar. Este Leo / Gabriel reconstruye su pasado a
través de las fotografías que encuentra en su supuesta casa, videos familiares
que ve y conversaciones con Ana en las que el personaje del padre, ausente y
presunto maltratador, resulta tema tabú. Leo se integra sin dificultad en el
círculo de amistades de Gabriel que lo acepta, y llega incluso a intimar
sexualmente con Joan (Igor Szpakowski),
quien era su mejor amigo, en una noche de borrachera y promiscuidad con su
novia Clara (Greta Fernández), lo que no resulta creíble.
La pareja de directores sabe mantener la tensión y el suspense a lo largo del metraje de este thriller cuyo final peca de ambigüedad. ¿Leo es Gabriel o quizá eso ya no importe y el adolescente y la madre quieran alimentar la ficción emocional que los une? Una propuesta argumental interesante desarrollada con una cierta frialdad formal y una fotografía neutra que huye de recrearse en el entorno paisajístico, hablada en tres idiomas (francés, catalán, castellano) y en la que lucen las interpretaciones de sus protagonistas, Emma Suárez, que recibió un Goya a papel secundario, y Alex Monner que borda su retorcido y fascinante personaje.
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