CINE
EMPERADOR
Peter Webber
JOSÉ LUIS MUÑOZ en EL DESTILADOR CULTURAL

Hubo
una época en el cine de Hollywood, imagino que por la moda del exotismo o
porque algunos yanquis, con la invasión de Japón, se enamorarían de unas
cuantas orientales, que causaban furor las películas en las que un occidental
cortejaba a una oriental y el idilio no llegaba nunca a buen fin. ¿Racismo o
infranqueables cuestiones culturales? A William Holden le debían ir ese tipo de
papeles porque se enamoraba de Nancy Kwan en un Hong Kong de ensueño en El mundo de Suzie Wong, y reincidió con una
improbable oriental que era Jennifer Jones —la actriz de Duelo al sol tenía rasgos de todo menos
de china, pero en aquella época hasta Marlon Brando o Mickey Rooney hacían de
japonés— en La colina del adiós, aunque
en ninguna de las dos películas el chico acabara con la chica. Algo de esto
hay, y además la época es la misma, en la última película de Peter Webber que
tiene un conseguido aire retro y se rodó en Japón, incluso dentro del palacio
imperial, y en Nueva Zelanda. siga leyendo en EL DESTILADOR CULTURAL
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