CINE / ADIÓS, DE PACO CABEZAS
ADIÓS
Paco
Cabezas
Adiós es un thriller hiperviolento de Paco Cabezas (La Puerta de Cazalla, 1976), uno de esos realizadores
españoles expatriados que han hecho las Américas (tras una larga carrera en
España, iniciada con Invasión travesti,
ha filmado numerosos episodios para la televisión en Estados Unidos y el thriller
Tokarev con Nicolas Cage), que vuelve a su tierra natal, Sevilla, para rodar por
todo lo alto un drama que se desarrolla en las míticas, por peligrosas, Tres mil viviendas sevillanas, autentico
territorio comanche, que tiene como protagonistas a dos clanes gitanos enfrentados
por el negocio de las drogas.
Como resultado de un atraco a un clan rumano por parte del
clan gitano los Taboa, muere accidentalmente la niña pequeña de los Santos
cuando regresa a casa después de hacer la Primera Comunión. La venganza del
padre de la niña, Juan, un delincuente que acaba de salir de la cárcel, será
terrible y la cosa se complica con una red corrupta de agentes de la ley que
pone al descubierto una mujer policía íntegra a la que no le tiembla el pulso
al enfrentarse a sus superiores.
Con alguna pincelada de humor (ese alargo que se queda corto
para trepanar la carne de una víctima con una perforadora eléctrica) Adiós en un thriller de acción que no da
respiro y tiene secuencias antológicas como ese asalto policial a las Tres mil viviendas de Sevilla digno de
la mejor superproducción norteamericana. En ese escenario límite, en la atmósfera
de miseria absoluta de ese barrio marginal arrasado por la droga y la
desesperanza, sitúa Paco Cabezas, su
director, este film más que negro que rebosa sangre, demasiada para mí gusto.
La película acaba con una balacera propia de Tarantino o Peckinpah.
Mario Casas pone
cara a ese padre vengador, Juan, que se cobra en sangre la muerte de su hija; Natalia de Molina es la atribulada
madre de la niña muerta; Ruth Diez es
la mujer policía recta, y Carlos Bardem
uno de los jefes policiales. El cante jondo es la impresionante banda sonora de
un film que bascula entre el negro y el western. No queda muy claro el papel de
esa mujer policía que se apunta al bando de los vengadores, pero la película
nada tiene que envidiar en su factura a cualquier thriller made in USA. Por
algo Paco Cabezas se ha labrado una
muy sólida carrera en Estados Unidos y se nota en la planificación y el ritmo
endiablado de la cinta, puro espectáculo de acción que da poco margen a la reflexión
y sitúa la venganza como deber irrenunciable para ese padre que ha perdido a su
hija.
Nueva
York en invierno está más cerca de “Midnight cowboy” que de “Descalzos por el
parque”. Un canto de amor a la ciudad de ciudades, a la ciudad que las contiene
todas.
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