CINE / BEYON WORDS, DE URSZULA ANTONIAK
BEYON WORDS
Urszula Antoniak
Beyon
Words de Urszula Antoniak se
presentó en la Sección Oficial del festival de San Sebastián de hace un par de
años y, que yo sepa, sigue inédita en nuestro país: miopía de la distribución.
Si hablamos de Polonia es hablar de cine con mayúsculas porque la lista de
buenos realizadores es interminable: Andrzej
Wajda, Jerzy Skolimowski, Andrzej Zulawski, Krysztof Kieslowski, Walerian
Borowczyk, Roman Polanski, Pawell Pawilkowski…
No
decepciona, sino todo lo contrario, este film extraordinario en su aspecto
formal—soberbia
fotografía en blanco y negro de Lennert
Hillage y extraordinaria banda
sonora de piano— como
confuso en su mensaje. Michael (Jakub
Gierszal) es un exitoso y joven abogado de origen polaco que trabaja en un
bufete de Berlín. La aparición sorpresiva de su padre Stanislaw (Andrzej Chyra), a quien creía muerto,
trastoca su ordenada vida y lo aboca a replantearse su condición de emigrante
pese a su imagen de ario puro.
La
película de la directora polaca Urszula Antoniak
(Czestochowa, 1968) —Odisea en Bjilmer,
Nada personal, Código azul, Nude Area—
es una reflexión sobre la identidad que explota cuando padre / hijo, un par de desconocidos que
fracasan estrepitosamente a la hora de construir vínculos emocionales—la sangre no lo es todo porque para
el hijo el padre es un perfecto desconocido y en una de las escenas clave
deshace el abrazo que le da su progenitor—
y lo más discutible a nivel ideológico ese desenlace que se parece
peligrosamente a un video de Pegida —Michel
sumergiéndose en un antro marginal para negros, que lo ignoran o rechazan
abiertamente, y acabando a puñetazos con ellos—.
Las
imágenes de cierre, con bellas imágenes urbanas berlinesas y fondo de música
turca—el
taxista que recoge al protagonista machacado es de ese origen—, añade más confusión al mensaje,
pero ello no es en menoscabo del altísimo valor cinematográfico del film de Urszula Antoniak.
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