CINE / EL CADÁVER MÁS EXPLOTADO
El cadáver más explotado
Más de
cincuenta años desde su defunción y el cadáver más deseado del mundo sigue
generando royalties y noticias. De Marilyn
Monroe se ha vendido todo: sus vestidos, sus fotos íntimas, sus escritos, su
presunta película porno que rodó cuando era menor de edad… Icono sexual por
excelencia, el mayor mito erótico de la historia del cine sigue concitando la
atención y generando noticias a su alrededor. Sólo falta que subasten sus
huesos (ya se ha hecho con las necrófilas fotos de su autopsia).
La
penúltima noticia para recordarnos a esa extraordinaria actriz de comedia, que
brillaba con luz propia en cada una de sus interpretaciones, es que acaba de
encontrarse unos fotogramas en las que aparece un desnudo frontal suyo que fue
suprimido en el montaje final de su última película estrenada, la crepuscular Vidas rebeldes, una obra maestra de John Huston a la que suelo acudir cada
diez años para comprobar su frescura. Tras ser acariciada y besada con ternura
por un Clark Gable, que sabía que
estaba agonizando en esa película, Norma
Jean se incorporaba de la cama y la sábana corría por su cuerpo. Esa escena
sensual la suprimió John Huston, se
supone que presionado por el puritano código Hays que reinaba en el país de las libertades, y alguien la
tiene en su poder, lista para ser subastada entre los adinerados fetichistas de
la actriz.
Marilyn Monroe ha sido la mujer objeto más explotada de la
humanidad, un producto perfecto del
Hollywood dorado que anuló a la Norma
Jean para convertirla en MM, la fémina más deseada del planeta, con la que
todos los hombres soñaban antes de meterse en la cama. Su vida atormentada
desde la infancia, los abusos sufridos, sus desequilibrios emocionales, la mala
digestión de la fama, su truncada maternidad, sus frustrados matrimonios con
hombres tan variopintos como el jugador
de béísbol Joe DiMaggio o el
dramaturgo Arthur Miller, que no
supieron darle esas toneladas de amor que la insegura Marilyn Monroe necesitaba, precipitaron su caída. Fascinaba de su
rostro esa sonrisa expansiva, perfecta, que era la máscara de su tristeza
infinita, desoladora. La mujer más deseada del planeta, por la que cientos de
millones de hombres lo hubieran dado todo por abrazarla, murió sola en su cama tras
una carrera cinematográfica no suficientemente valorada y un testamento de
lujo, esa Vidas rebeldes rodada en
blanco y negro en el desierto de Nevada en la que tres rostros moribundos, el suyo
y los de Clark Gable y Montgomery Clift, ponían cara a unos
personajes derrotados en un guión desolador escrito por Arthur Miller como regalo para la todavía su mujer. Sin lugar a
dudas fue su mejor interpretación.
Paradojas
de la vida. La rubia tonta era muy lista y además no era rubia. La mujer
frívola era extraordinariamente sensible y ahí están sus escritos. La sex
symbol sólo buscaba cariño en sus numerosos encuentros sexuales. Los Kennedy fueron sus más famosos
depredadores y puede que estuvieran tras su muerte misteriosa. Su
inestabilidad, ese punto de locura y esa mirada de miope junto a su sonrisa
impostada crearon un personaje único que seguimos recordando con nostalgia y
tristeza. Marilyn, la Blondie de Joyce Carol Oates, reinaba en mis
sueños de adolescencia, ha sido protagonista de algunos de mis relatos y puede
que sea el eje en una novela negra inspirada en su oscura muerte. Marilyn Monroe es el cadáver más
explotado de la historia de la humanidad.
Una novela negra y de terror sobre
el apartheid que muerde y desgarra.
¿Te atreves a leerla?
el apartheid que muerde y desgarra.
¿Te atreves a leerla?
Comentarios