CINE / PARECIDO A UN ASESINATO, DE ANTONIO HERNÁNDEZ
Nazario (Eduardo Noriega)
es un escritor de éxito marcado por el asesinato violento de su ex que no ha
sido resuelto. Eva (Blanca Suárez), su nueva y atractiva pareja, acaba de salir
de una relación tóxica con su ex marido José (Tamar Novas), un policía violento,
alcohólico y posesivo. Alicia (Claudia Mora), la hija del escritor Nazario, es
una adolescente retraída y manipuladora que recoge todo lo que pasa a su
alrededor con su cámara de video, su ojo. Cuando Eva es acosada de nuevo por su
ex y decide marchar a un chalet de montaña con la hija de su pareja, las cosas,
lejos de arreglarse, se complican.
Lo primero que hay que
decir es que la factura de la película del veterano Antonio Hernández
(Peñaranda de Bracamonte, 1953) es soberbia y se le nota oficio, que sus planos
cenitales con dron sobre el pirineo oscense, sacando partido máximo de su
paisaje de prados, cimas y bosques, confieren el escenario idóneo a este film
de intriga que tiene la virtud de atrapar al espectador desde el primer
instante. Lo segundo, que el guion y el montaje son tan excelentes como su
realización y, sin duda, sus mayores aciertos. Parecido a un asesinato
está contada la manera de la película
japonesa Rashomon de Akira Kurosowa que ya tuvo una versión western, Cuatro
confesiones, de Martin Ritt interpretada por Paul Newman, Antonio Hernández
ruedas tres veces la misma escena, por cada uno de los puntos de vista del
escritor famoso, su nueva pareja y la hija del primero, la del cumpleaños de
Nazario en su lujosa casa, una pieza fundamental para descubrir el misterio,
pero ninguna de esas tomas de un mismo acontecimiento es igual y sirve para
añadir nuevas pistas, que más bien despistan al espectador, sobre las
intenciones de ese ex policía que acosa a su expareja y el asesinato sin
resolver de la madre de Alicia y esposa de Nazario.
No hay trampas en la
historia más allá de ocultar algunos de los elementos de la misma por esas tres
versiones que he comentado y se complementan narrativamente hablando. Todo
cuadra, como en un mecanismo de relojería perfecto, en este thriller que
también es un rural noir y resulta cada vez más inquietante según avanza.
Los actores principales, los muy fotogénicos Eduardo Noriega y Blanca Suárez,
están en estado de gracia absoluta, y también los secundarios; los subrayados
musicales son los precisos, y hay pinceladas de cine de terror (la cabeza de
ciervo) acertadas. El objetivo del realizador se nutre de la fotogenia de esos
paisajes espectaculares que retrata.
Si algo caracteriza al
actual cine que se hace en España es la solvencia de sus thrillers a la altura
de los franceses y hasta de los norteamericanos. Parecido a un asesinato
es una excelente película de género que seguramente hace justicia a la novela
de Juan Bolea al que vemos en el último plano cenital en un breve cameo.
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