CINE / SECRETOS DE UN CRIMEN, DE SANDHYA SURI
Hay cine hindú más allá
de Bollywood. Cabe recordar que el país asiático es una de las mayores
potencias cinematográficas del mundo. Secretos de un crimen, este
thriller de más de dos horas que pasan volando y dirigido por Sandhya Suri, una
documentalista británica de origen hindú que se estrena en la ficción con esta
película, es buena prueba de ello.
Santosh Saini (Shahana
Goswami), la joven viuda de un policía que ha muerto en unos disturbios, tiene
la opción de ocupar el puesto de su marido. En un ambiente rural y caótico, en
donde reina el machismo, esta joven agente, que nunca lleva pistola, debe
desentrañar el caso de la violación y asesinato de una joven cuyo cuerpo
aparece en un pozo y será testigo, y hasta partícipe, de las malas praxis
policiales de su país que normaliza la tortura para forzar confesiones.
Sandhya Suri conduce al
espectador por las siniestras, y sucias, dependencias policiales, le hace
partícipe de esa investigación manipulada por la inspectora feminista Geeta Sharma
(Sunita Rajwar), un personaje oscuro que parece estar enamorada de la bisoña
agente, que la conduce hacia un falso culpable y la coloca ante un dilema
moral.
Secretos de un crimen
es una denuncia del corrupto sistema policial hindú, en el que el inspector
Thakur (Nawal Shukla) desprecia y se ríe de la denuncia de un miembro de una
casta inferior intocable cuando le comunica la desaparición de su hija, del
ambiente opresivo que reina en los ambientes rurales y de ese sistema de castas
que sigue rigiendo la vida en ese inmenso país superpoblado de Asia en donde
sigue existiendo una miseria extrema y una desigualdad lacerante. En un momento
determinado, la carismática Sharma le dice a su joven discípula que en India
existen dos clases de intocables, los que lo son por casta y los que ostentan
el poder y no se les puede molestar.
Secretos de un crimen,
una coproducción entre India, Francia, Alemania y Reino Unido, habla de una
realidad espantosa que son las violaciones sistemáticas que se producen en
India y de una justicia aleatoria y ejemplarizante que se cobra vidas inocentes
sin que ello parezca importar gran cosa a las autoridades policiales. Sandhya Suri construye un thriller sólido y
envolvente, dotado de una enorme sensualidad (se percibe el caos de la vida
cotidiana, hasta se huele; el constante ruido de fondo está siempre presente en
cada uno de sus planos, la oscuridad reina en sus planos nocturnos) que no
rehúye la violencia, aunque la sitúa siempre fuera de plano (el atroz
interrogatorio del joven sospechoso) y que encuentra en los ojos de Shahana
Goswami, su joven protagonista, inmensos y siempre bien abiertos, un verdadero
ángel interpretativo con el que el espectador empatiza desde el primer momento.
Secretos de un crimen
es un thriller bello y sensible, bien resuelto (atentos a la secuencia de ese
modesto hospedaje en donde trabaja el sospechoso del asesinato y violación de
la joven) que dispara al mismo tiempo contra el sistema de castas (cuando
Santosh decide enfrentarse a los verdaderos culpables que se burlan de ella y
la tratan con conmiseración), el machismo inherente a la sociedad hindú, los
brutales procedimientos policiales y un feminismo revanchista cuyos resultados
son tan perniciosos como los crímenes que en teoría dicen perseguir y castigar.
Lo importante, dice la inspectora Geeta Sharma a su joven agente, es lanzar el
mensaje de que las violaciones serán castigadas con rigor, aunque paguen por
ello inocentes.
Una lección de cine
excelente que se cierra con el plano desolador de un tren que abandona la
estación con Santosh a bordo en señal de derrota.
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