CINE / BON JOUR TRISTESSE, DE DURGA CHEW-BOSE
Versión
canadiense de la icónica novela de la escritora francesa Françoise Sagan que
fue llevada al cine anteriormente nada menos que por Otto Preminger en 1958 y
que seguramente necesitaba esta puesta al día. Filmación pulcra de la escritora
canadiense Durga Chew-Bose (Montreal, 1986, afincada en Brooklyn en la que es
su primera película, que es el retrato del verano de su protagonista Celine
(una delicada Lily McInerny), adolescente que recién abandona la pubertad, que
mantiene una relación de complicidad con su apuesto padre Raymond (Claes Bang) y
empatiza con Elsa (Nailia Harzoune), su
jovencísima novia, hasta que entra en su vida Anne (Chloë Sevigny), una madura
amiga de su difunta madre, e intentará con una serie de subterfugios alejar a
esa mujer de su padre con la complicidad de su antigua novia.
La
película es evanescente, lúdica, sensual y bella. El marco de la historia es
una bonita casa a orillas de una cala mediterránea bañada por el sol que
resalta la fotografía de Maximilian Pittner. El tiempo espacial es el verano,
un periodo en el que suelen nacer y morir historias de amor, como la de la
propia Celine con un apuesto joven (Aliocha Schneider). Flota en la película de
la canadiense Durga Chew-Bose destellos de Eric Rhomer, pero sin su tono discursivo
filosófico que impregnaban las obras del director francés. Hay, y creo que es
lo más interesante de la película, una captación de la maldad muy sutil en ese
retrato que la directora hace de esa joven aparentemente inocente pero que es
profundamente egoísta que no admite que su padre se independice de ella y tenga
una relación con la que bien podría ser, por edad, su madre; es la negación a
que una extraña, aunque haya sido amiga de su progenitora, ocupe su lugar.
Celine se llevaba muy bien con su joven novia Anne porque no existía una
relación materno filial entre las dos a causa de la cercanía por edad.
Con
la luz mediterránea siempre presente, y muy bien interpretada por actores de
diversas nacionalidades (canadienses, norteamericanos y franceses), esta segunda
versión de la novela de Françoise Sagan discurre muy agradablemente ante los
ojos del espectador y nos traslada a esos veranos de nuestra juventud.
LO QUE NUNCA SE CONTÓ DE LA
HISTORIA DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA, LA ODISEA ÉPICA DE LOS 39 MARINEROS
ESPAÑOLES QUE CRISTÓBAL COLÓN HUBO DE DEJAR EN LA ISLA DE LA HISPANIOLA EN SU
VUELTA A ESPAÑA. LA MEMORIA DE LOS OLVIDADOS CONVERTIDA EN NOVELA ÉPICA Y DE
AVENTURAS QUE TRASLADA AL LECTOR A 1492 Y AHORA TAMBIÉN SERIE TELEVISIVA
PENDIENTE DE ESTRENO. UNA NARRACIÓN LLENA DE VIOLENCIA, TERNURA, SEXO Y AMOR.
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