CINE / ETERNO VISIONARIO, DE MICHEL PLACIDO
La
vida de Luigi Pirandello, uno de los más prestigiosos dramaturgos italianos,
casi fue más tormentosa que sus obras de teatro. Próximo al fascismo, con una
esposa a la que hubo de internar en un psiquiátrico por su demencia agresiva y
con unos hijos que siempre le reprocharon su ausencia, salvo una de ellas, el
escritor, absorto en la creación de sus obras, se pasó la vida huyendo de la
realidad.
El
actor Michele Placido (Ascoli Satriano, 1946), aquí como director de Eterno
visionario, opta por situar la historia cuando Pirandello acude en 1934 a
Estocolmo a recibir el Premio Nobel de Literatura y, en su largo viaje en tren,
rememora alguno de los hitos de su vida como la posesión de una mina de azufre
en la atrasada Sicilia que heredó de su padre, y en la que trabajaban niños
hasta la extenuación, que sufrió una inundación en la que perecieron varios de
sus trabajadores; el escándalo que supuso, y también fracaso en el teatro, el
estreno de su obra más celebrada, Seis personajes en busca de autor; el
triunfo de sus posteriores obras y su
reconocimiento internacional; el enamoramiento platónico de su joven actriz
Marta Abba (Federica Vincenti) de la que quedó prendado en una audición; la
frustrada adaptación cinematográfica en Hollywood; el Berlín de los cabarets de
la República de Weimar, hasta su final.
El
italiano Michele Placido se reserva el papel de Saul Colin, agente de
Pirandello; Fabricio Bentivoglio encarna con extraordinario rigor al dramaturgo;
Aurora Jovenazo es Lienta, la niña de los ojos de Luigi Pirandello con la que se
insinúa que hay algo más que un amor paterno filial; Michelangelo Placido, hijo
del director, es Fausto, uno de los hijos siempre enfrentados al padre; Giancarlo Commare, su otro hijo Stephano,
anulado por él; y la guinda del pastel actoral se la lleva Valeria Bruni
Tedeschi, en su papel de Antonietta Portulano, la despechada y demente esposa
del escritor.
Eterno
visionario,
estrenada en el 90 aniversario de la concesión del Premio Nobel de Literatura,
es un acertado acercamiento a la vida del autor italiano y a sus fantasmas. El
director de L’America, y uno de los realizadores de la impactante serie
mafiosa Suburra, mima la
ambientación, introduce los diferentes segmentos narrativos en ese viaje en
tren y el resultado es una película muy notable e ilustrativa para todo aquel
que quiera saber qué había bajo la piel de uno de los dramaturgos mas
originales de todos los tiempos del que el director hace un repaso bastante exhaustivo.
UN CANTO DE AMOR A LA LITERATURA, ESPECIALMENTE LA ALEMANA, EN TIEMPOS CONVULSOS, CUANDO CAE EL MURO DE BERLÍN Y SE INICIA UNA NUEVA ERA. UN HOMENAJE A THOMAS MANN Y A SU OBRA CUMBRE LA MONTAÑA MÁGICA.
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