EL APUNTE

BARAK OBAMA, LA GRAN
ESPERANZA NEGRA
Barak Obama, el muy joven y afroamericano senador demócrata ─ aquí sí que podemos aplicar el término con todo rigor, porque las raíces de Obama están en África gracias a su padre keniata y en EEUU por parte de madre ─ ya se perfila como el próximo presidente de Estados Unidos y se presenta con un discurso lleno de expectativas y buenos propósitos. Que un negro ─ ¿Por qué Obama es negro y no blanco, me pregunto, habida cuenta de que su madre es blanca y su padre negro? ─ alcance la presidencia de los EEUU es en sí una gran noticia; que lo haga con un discurso liberal, conciliador, dialogante, cerrando la nefasta etapa de su antecesor, seguramente junto a Nixon el peor presidente que ha tenido la gran potencia americana, es una esperanza para este mundo convulso que recibe en herencia. En lo económico el desafío de Obama es inmenso: gravar con impuestos las grandes fortunas, esto es, situarse en las antípodas de su sucesor, y destinar más dinero al gasto social. En lo geopolítico su meta es compleja: sacar a EEUU del berenjenal de Irak, acabar con Al Qaeda, algo de lo que Bush junior parece haberse olvidado, frenar a Irán, reconciliarse con el enfurecido oso ruso y recuperar el consenso internacional que el republicano dinamitó con la ayuda de algunos presidentes europeos como Blair y Aznar, el infausto trío de las Azores.
Europa apuesta claramente por Obama, en contra de McCainn cuyo perfil ultraconservador parece querer pescar votos en el caladero de su antecesor, y Estados Unidos deberá decidir próximamente, en unas elecciones transcendentales, si Barak Obama ─ un presidente de EEUU con un nombre de resonancia claramente musulmana ─ debe dirigir esa gran democracia y recuperar el prestigio dilapidado en los últimos ocho años de desatinos.
¿Será capaz? De momento su dialéctica electrizante arrastra a las masas y a la intelectualidad norteamericana que ya le ha entregado su voto. Basta saber si su proyecto no se verá frustrado por los poderes fácticos norteamericanos ─ las grandes corporaciones petroleras y armamentísticas, el verdadero poder en la sombra que perfila el mundo en beneficio de sus intereses ─ y si una bala, como apuntaba hace unos días Carlos Fuentes en un magnifico artículo en El País, no se cruza en su camino y acaba con el sueño americano.
Mi único lamento es que Hillary Clinton no vaya, finalmente, en su ticket, pero la personalidad de ambos políticos es tan fuerte que forzosamente chocarían. Un negro y una mujer rigiendo los destinos de la primera potencia es un sueño irrealizable.

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