CINE / LOS VECINOS, DE ANDRÉ TÉCHINÉ
André Téchiné (Valence, 1943) es uno de los más veteranos cineastas franceses, un director con más de cuarenta películas a sus espaldas entre las que destacaría especialmente Los juncos salvajes. A los 82 años se vuelve a poner de nuevo tras la cámara para ofrecernos Los vecinos, una especie de thriller social que no acaba de cuajar ni en su mensaje ni en cómo lo lanza. Y eso que la idea argumental es atractiva pero la forma de contar la historia resulta rutinaria y poco entusiasta.
Lucie (Isabelle Huppert)
es una policía próxima a la jubilación y víctima de una profunda depresión
desde que perdió a su marido Marc Mayumbe (Elyjah Timera), a cuya tumba lleva
flores casi a diario. Mantiene una cordial relación con sus jóvenes vecinos
Julia (Hafsia Herzi) y Yanin (Nahuel Pérez Biscayart, el protagonista de El
profesor de persa), una pareja que ignora su profesión. Yanin, además de
pintor poco social (no acude a la inauguración de su propia exposición), es
agitador antisistema que acude a todas las manifestaciones que se producen en
Francia y se enfrenta a la policía bajo su ropa de camuflaje. Entre Lucie y
Yanin, cuando este se entera de que su vecina es una policía, se establece una
relación de simpatía a pesar de que están en trincheras enfrentadas cuando la
policía le ayuda a desembarazarse del material comprometido que guarda en su
casa y se convierte en su cómplice.
Todo resulta muy plano en
esta película de trasfondo social y la forma narrativa fría y distante que
utiliza el veterano director francés genera escaso entusiasmo en el espectador.
No saca mucho partido André Téchiné, responsable también del guion, de los enfrentamientos ideológicos entre la
agente del orden y el agitador. Y, lo que es peor, hay un error de casting
considerable. Ni la menuda Isabelle Huppert (cuando hace footing por su barrio,
enfundada en un chándal, parece una niña) está convincente como policía
traumatizada por la pérdida de su marido —Marc Mayumbe se le aparece a diario
desde la ultratumba; su cuñado Serge (Moustapha Mbenque) la visita con
frecuencia para infundirle ánimos—ni Nahuel Pérez Biscayart cuela en su papel
de rabioso agitador callejero. Hay un problema de credibilidad con los dos
personajes centrales que hace que la película naufrague.
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