DIARIO DE UN ESCRITOR

4 de diciembre de 2010

Escribo desde estado de alarma total. Y no por el decretado por el desgobierno de este país, previo al estado de excepción y al de guerra, que todo se andará como sigamos por este camino. No entiendo nada y que alguien me lo explique, si es que hay explicación posible. En ese largo pulso entre gobierno y controladores aéreos que cobraban, leo no sé si mal, 350.000 euros anuales y se les rebaja el 40%, que no es poco, y les obliga a un máximo de 1670 horas anuales, no hay acuerdo y los controladores abandonan sus puestos de trabajo el mismo día que el gobierno aprueba un decreto ley que fija su régimen de horas.
¿Es éste el quid de la cuestión o hay algo más de fondo? En primer lugar veo que se sigue vendiendo lo público, y los aeropuertos de este país eran algo público, de la misma forma que lo hizo la derecha. AENA está dentro de ese paquete de seguras privatizaciones y por Navidad todos los aeropuertos irán a la huelga. ¿Qué vendrá luego? ¿La sanidad, la educación? Leo, también, que este desgobierno suprime el subsidio a los parados de larga duración, esos 400 euros, por lo que condena a un millón aproximado de familias a la economía sumergida, la indigencia o la delincuencia de subsistencia. Por último reformará las pensiones el día 28 de enero. ¡Bien por la política de izquierdas! Ante esta batería demoledora de medidas, todas ellas dirigidas contra su propio electorado (¡Qué ganas de perder las elecciones tiene el PSOE!), ni una sola, ni una sola, repito, contra los que más recursos detentan en este país, la banca, intocable, que seguirá acumulando beneficios y restringiendo el crédito, ni una sola para buscar dinero en la gigantesca bolsa de fraude fiscal que existe en este país (paseen los inspectores de Hacienda por los puertos deportivos y los clubes de golf), el gobierno firma ese maravilloso decreto que regula los horarios de los controladores justo el día del gran puente. ¿Torpeza? No me lo creo, sencillamente. Y los malos, los malísimos, que ni siquiera tienen voz, que ni siquiera pueden explicar sus razones, que alguna tendrán aunque sean muy malos, malísimos, me imagino, esos señoritos controladores de mierda que se atreven a ganar tanto como esos malditos consejeros de mierda de los bancos, por ejemplo, o esos consejeros de mierda que están chupando de doscientas empresas por calentar el culo del asiento una vez al mes. Los controladores son tratados poco más o menos como los terroristas de Al Qaeda, militarizados, y deberán responder ante un consejo de guerra si no se incorporan al trabajo. ¡Joder! ¡Qué duro se ha puesto, de pronto este gobierno! ¡Qué inmensa cortina de humo! Tanta como un 11 S incruento. Y hasta se insinúa que el PP está detrás de este golpe de estado.
Curiosamente todo esto tiene lugar al día siguiente de que Pimpinela Escarlata, Julián Assange, el hombre para el que Sarah Pallin ha pedido drásticamente que sea considerado como un terrorista y eliminado de la faz de la tierra ─ maten al mensajero y olvídense del mensaje que implica un buen número de delitos ─ destapa los vergonzosos contactos entre varios ministros del gobierno socialista ─María Teresa Fernández de la Vega, Rubalcaba, Moratinos ─ y el fiscal general del estado, Conde Pumpido, con el embajador de Estados Unidos para que se desactiven todos los procesos abiertos en España para investigar el asesinato del periodista Couso, las torturas de Guantánamo y los vuelos secretos de la CIA. La respuesta de Rubalcaba es inteligente: La justicia española es rabiosamente independiente. Por suerte, aunque un juez rebelde como Garzón haya sido apartado por molesto. La hecatombe aeroportuaria ha sepultado la vergonzosa noticia y los implicados por los papeles de Wikileaks pueden respirar tranquilos. ¿Casualidad? Se olvidarán de ellos.
Mientras 600.000 pasajeros se quedan sin sus vacaciones, algo intolerable y doloroso, y me pongo en la piel de ellos y me maravillo por su aguante, y un millón de familias se queda sin nada para subsistir, algo abominablemente peor pero que no tiene esa visualización espectacular que esos miles de pasajeros atrapados en los aeropuertos porque cada uno está en su casa, si es que la conserva y no se la ha quitado el banco. Los sueldos astronómicos de los controladores alguien se los puso, imagino, alguna administración fue la responsable de ello.
Privatizar AENA está dentro de esa estrategia voraz e insaciable del capitalismo que se ha quitado todas las máscaras y va a por todas porque un gobierno pusilánime deja hacer todo, vende el estado de bienestar a precio de saldo. No sé si sufro alucinaciones pero también oí que querían privatizar las loterías del estado, que es un chollo para la hacienda pública. Si tuviera cash las compraría yo. Privaticen la sanidad, por favor, ¡pero ya!, que tengamos que vender nuestras viviendas para pagar las operaciones, que tengamos que morirnos a las puertas de los hospitales porque no tenemos con que pagar nuestra asistencia sanitaria. Privaticen las universidades, porque hay que hacer negocio de la educación, que los alumnos tengan que pedir préstamos para ser educados y media vida trabajen gratis para amortizarlos. Y bajen el salario mínimo, acaben con las pensiones y los pensionistas, mátenlos por vivir más de la cuenta. Y con los controladores hagan lo que harán con Julián Assange, liquídenlos, porque son los malos de toda esta película, o línchelos, porque esta sociedad tiene ganas de ello, de linchar a alguien aunque se equivoque de enemigo.
Y la información que dan todas las televisiones, todas, simple basura sin análisis alguno. ¡Mierda de país! En este mundo bipolar sólo hay dos colores, blanco o negro, sin matices.

29 N 2010

Sigo con mis ataques de ansiedad. Será la crisis. De los sesenta. A los cincuenta, y mira que hace años, me sentí morir. Escribí una novela para exorcizar ese temor ¿irracional? Cuando me aproximo a los sesenta tengo más motivos para tener ese temor. Quizá por eso no duermo. Y, en mis noches de insomnio, escucho el batir de mi corazón con el temor de que enmudezca.
Quizá no duermo porque crea que entregar horas al sueño sea un lujo que no puedo permitirme. Me lo digo mientras miro los 35 libros que tengo pendientes de leer. Nunca había leído tanto. He de retrotraerme a mi época de pantalón corto y mis viajes en el autobús 21, media hora desde mi casa de la calle Escorial del barrio barcelonés de Gracia, al Instituto Milá y Fontanals, tiempo que me permitía leer dos capítulos de El señor de Ballantry, por ejemplo. ¿La leí? Quizá no duermo porque tengo muchas cosas que escribir, y he de abrir todavía un buen montón de cajones y sacar de ellos escritos que he ido almacenando para este momento preciso. ¿Qué momento es éste?
El otro día vi Sacrificio, de Andrei Tarkovski. Tampoco me dio sueño, y eso que es de esas películas que lo difícil es no echar una cabezadita cuando las ves. Pues nada. Los ojos como platos. Se rompió la tecla Z, bueno, como está rota pues no puedo decir cuál es, pero es la última del abecedario, Quizá luego se arregle milagrosamente como sucedió con la letra A. (en efecto, se ha arreglado y marca, cuando quiere ella, claro). Ocurrió en un bar. La tecla quedó trabada entre sus vecinas, la X y ><. Me dio tanta rabia que se rebelara que la arranqué de cuajo del teclado y hube de reprimirme para no estrellar el ordenado contra una de las paredes del bar. Me lo imaginé, pero no fue lo mismo. Hoy el campo estaba precioso. Salió el sol, después de dos días de lluvia, y la atmósfera estaba límpida. Paseaba muy concentrado en la hojarasca del camino, en los nogales desnudos de hojas, en la dorada vestimenta de los álamos y atento al gorgoteo de pequeños riachuelos que cruzaban el camino mientras hablaba con mi homónimo sobre la incapacidad de los culpables por admitir la culpa y la ausencia de arrepentimiento de los criminales que siempre justifican sus actos. Sacamos a colación asesinos en serie, caníbales, violadores y especuladores bursátiles. Un momento de felicidad, porque la felicidad, por suerte, es cuestión de momentos, fue cuando hoy disfruté de una buena comida campestre que empezó con unas carrilleras que se deshacían, siguió con unos níscalos deliciosos y terminó con una exquisita leche frita. Luego, La Sonrisa Etrusca dibujó, a contraluz, fantasmas de humo con su cigarrillo. Me abstuve de votar en las elecciones catalanas porque no me llegó mi papeleta. Mi voto tampoco hubiera sido decisivo. Preocupa no la debacle del PSC, que todo el mundo cantaba, y la de ERC, a la que le han salido competidores independentistas, el ascenso del PP y el considerable goteo de votos hacia el partido xenófobo de Anglada. Mas presidente. Esta crisis se lo llevará por el medio, como se llevará a Rajoy. Y nos llevará a todos. Intento no ser supersticioso. Pero quedarme sin las teclas A y Z, vaya, ahora marca, debe tener un mensaje oculto. Principio y fin. Quizá sólo quiera decir que ya va siendo hora de cambiar el ordenador.
26 N 2010



Como las piezas de ajedrez caen los países de la EU por el jaque mate de la especulación. A Grecia le sigue Irlanda que, lejos de aumentar el impuesto de sociedades, el más bajo de Europa, opta por despedir a 25.000 funcionarios, y no pasa nada. Los resignados irlandeses, que con tanta fiereza se batieron con los ingleses, ya asumen que, como en los viejos tiempos, habrán de emigrar. ¿Pero adónde?Donde sí arden las protestas es en el Reino Unido. La amenaza de subir las tasas académicas hasta 100.000 USD, triplicándolas, ha sacado a los jóvenes airados ingleses. Pero no cunde el ejemplo en España. Una encuesta publicada en La Vanguardia arroja un perfil demoledor sobre nuestra conformista juventud que se resigna a su situación de paro endémico y es reacia a la protesta. Nuestros jóvenes no se asocian, no protestan, pasan de la política y del ecologismo, apenas leen y aman, eso sí, a sus padres que se han convertido en su subsidio social. Algo hemos hecho mal, muy mal, nosotros como padres. Antonio Muñoz Molina carga en la revista Mercurio contra nuestro nefasto sistema educativo. El arrumbamiento de las humanidades, de la geografía y de la historia es una de las causas del deterioro cultural de ese país que cada día que pasa me gusta menos. Duermo poco. Sueño mucho. Anteayer, con fantasmas del pasado que iban de mi mano. Ayer con John Irving. No sé cómo había entablado amistad con el escritor norteamericano, con el que estoy muy de acuerdo en muchas cosas, como que una novela debe de ser, sobre todo, una acumulación de detalles que arropen a los personajes y los expliquen. Le preguntaba a John Irving, en sueños, por la que creo que es su mejor novela, Una mujer difícil. Me miró entonces y me contestó que prefería El proceso. Estuve a punto de decirle que bien, pero no la escribió él sino Kafka. Le pregunté luego qué le había parecido la interpretación que hizo Jeff Bridges del escritor protagonista. Me contestó que fue memorable, que debieron darle el óscar por ella. Entonces me despertó un mensaje que entró en mi móvil 24 horas después de haber sido enviado. Pero seguí durmiendo, hasta que otro remitido por una mujer difícil me desveló ya por completo y me sacó de la cama, y me situó en la mesa del comedor, ante una taza de café con leche, un puñado de galletas y CNN+ noticias. Arde Londres y una isla de Corea. Viene frío. No va a venir calor. Pero mi cuerpo ya no ama el invierno, como antaño. Los años, los malditos años que veo cada mañana reflejándose en el espejo con la resignación de un perdedor. Cierro los ojos y me paseo por un paisaje nevado del Valle de Arán. Tengo sed de ese rincón. Estuve un invierno, hace muchos años, y el valle de valles es otra historia en esta época del año en que muda el verde por el blanco. En uno de esos valles está una clave de mi vida emocional. En una pista nevada, surcada por una esquiadora de fondo, quizá mi futuro. Pero sigue siendo de una belleza que me deja sin aliento, que me retrotrae a esos paisajes nevados de Brueghell el Viejo que me fascinaban en la infancia. Tamara Drewe, la última película de Stephen Frears que vi hace dos noches en mi cine, en sesión privada, como siempre, creció de película bobalicona hasta convertirse en película interesante. Una comedia extraña que me ha ido gustando según transcurrían las horas y escribía sobre ella, porque escribiendo descubría todas las claves que encerraba. De todas formas echo en falta al Stephen Frears de Las amistades peligrosas, una de mis películas fetiche.





¡¡¡22 N 2010!!! Tiene que ser un futbolista, Eric Cantona, por el que, dicho sea de paso, no siento ni la más mínima simpatía, el que lance una consigna efectiva de lucha contra el sistema bancario, y no organizaciones antisistema, sindicatos o partidos de extrema izquierda. Ni a los anarquistas, ni a los trotskistas, se les había ocurrido una medida tan simple como contundente, tan poco violenta pero tan efectiva. ¿Está usted hasta las narices de esta crisis global y de quiénes la han provocado? ¿Quiere usted hacer pupa, aunque sea por un día? Pues vacíe su cuenta bancaria el 7 de diciembre. Si un diez por ciento de los impositores del mundo hacen caso a Eric Cantona ese día veremos como el sistema se tambalea, pero de verdad. A Hugo Chávez no lo invitaría a una cerveza, porque tiene amistades peligrosas con lo más reaccionario del planeta, con lo ayatolas iraníes que lapidan adúlteras y cuelgan homosexuales, y tiene que ser muy pesado aguantarle las gracias, pero sí le envidio algunas medidas anticrisis muy efectivas como la de gravar con un 5% los beneficios de la banca. ¿Por qué no toman nota los gobernantes que bajan un 5% del sueldo a los funcionarios públicos y congelan las pensiones? Hay dinero para solventar la crisis, aunque no hay valor para exigirlo a quien lo tiene. Hoy me siento avergonzado, por muchos motivos. Como ciudadano de este mundo globalizado en el que los estafadores nos gobiernan a la sombra y nos dicen lo que debemos y no debemos hacer. Un comentarista de CNN+, que no tenía pelos en la lengua, dijo esta mañana que los mercados son el eufemismo de los especuladores. Como ciudadano de lo que creí fuera una democracia, las oscuras fuerzas de los mercados me soliviantan tanto como el FMI y el Banco Mundial. Para salvar esos mercados, para salvar a esos especuladores que se gastaron nuestro dinero, los gobiernos títeres, elegidos por nuestros votos, castigan a los que nada tienen que ver en este embolado con bajadas de sueldos, congelación de pensiones y finiquitación del estado del bienestar porque es insostenible. Lo que es insostenible, en tiempos de crisis, son los beneficios de la banca, por ejemplo, o los contratos blindados de los altos ejecutivos que están en veinte consejos de administración, los mismos que tienen casas, coches, yates y aviones a nombre de las empresas para defraudar simple y llanamente al fisco y éste nada hace por perseguirlos. La famosa globalización no es otra cosa que globalización capitalista, y el capitalismo global, insaciable, lo que busca, después de operaciones fallidas en Irak y Afganistán (no tan fallidas, que se lo pregunten a los contratistas y se mire sus cuentas de resultados, por favor) es hacerse con las últimas bolsas de negocio que todavía quedan en el mundo, en Europa en concreto, contra la se han lanzado al abordaje como corsarios: transporte, sanidad, educación, pensiones… Una vez privatizado todo esto, y ya se están dando pasos inequívocos, con la excusa de que se gastan recursos públicos en exceso ─ también los gastamos en Afganistán, en una guerra ajena en la que, antes de irnos, vamos a entrar lisa y llanamente en combate, y eso que fuimos como fuerzas humanitarias, algo que me suena a oxímoron, como guerra pacífica, y allí los especuladores, perdón, los mercados, no protestan ─estaremos completamente esclavizados y habremos perdido nuestro estado de bienestar por el que tanto se luchó y tanto cabrea a los especuladores. Pues bien, nos siguen estafando y aquí sigue sin moverse ni dios aparte de Eric Catona. Otro Mayo del 68, por favor.Segundo motivo de vergüenza. Las próximas elecciones en Catalunya. Como catalán siento sonrojo por ellas. Nunca vi una campaña más bochornosa que ésa, con unos mensajes más perversos. Mientras en un partido unipersonal su candidata simula un orgasmo y se presenta luego en paños menores ─ ¿qué tendrá que ver su sexualidad con la política, me pregunto? ─, los socialistas dicen que ir a votar les pone ─ y dale con mensajes eróticos estúpidos ─, Durán se descuelga con un torpe llamamiento a que los catalanes, los de verdad ─ habría que decirle al señor Durán Lleida que escuche el dogma de fe de Jordi Pujol, su gurú incuestionado: Catalán es todo aquel que vive y trabaja en Catalunya, sea cual sea su origen ─ follen más y tengan más hijos ─ vuelve el sexo en una campaña sobrada de él y falta de seso, o seny ─ porque últimamente solo nacen hijos de emigrantes ─ oiga, señor Durán, tan catalanes o más que usted, que también lo es ─ con lo que CIU y Artur Mas buscan arañar al votante del señor Anglada, reconocido xenófobo viguetano y ex militante de Fuerza Nueva, y Alicia Sánchez Camacho, convertida en Lara Croft, caza emigrantes clandestinos en un video juego que luego el PP retiró. El panorama es devastador y puede convertir a la sesuda, o sexuda, Catalunya en una Berluscolandia con ex presidente de club de fútbol en el Parlament incluido. Tengo la suerte de que mi tarjeta censal no llegó, así es que no votaré. Entre las propuestas maravillosas del PP en relación al problema de los emigrantes ─ el problema, perdonen, no son los emigrantes sino los especuladores, los evasores fiscales, los ejecutivos con contratos blindados, los jefes de la patronal… ─ está un famoso contrato de integración que deberán firmar los que viven, trabajan y tienen familia en nuestro país demostrando conocimientos de nuestro idioma, hábitos culturales, sociales, religiosos, etc. etc. Me parece perfecto, pero qué dicho test se pase a los 40 millones que ya somos y veremos a ver quién lo pasa. Todos fuera. El café que me tomé ayer a las diez de la noche me desveló por completo. Yo creía que me desvelaba el café de las cinco de la tarde. Me equivoqué. O ese café era distinto, el de las diez de la noche, y sus efectos eran inmediatos, Tras lidiar con la almohada y mi funda nórdica y ver que mis ojos seguían tan abiertos como dos platos, opté por coger sueño leyendo. Empecé por un reportaje, poco novedoso, sobre mi buen amigo el nazi de las SS Aribert Heim, conocido como El Banderillero, Doctor Muerte y otros epítetos cariñosos que se publicó en El País. Entre las cartas de este galeno que realizó maravillosos estudios sobre los límites del dolor humano ─ operaba sin anestesia, como en la Edad Media, y tenia debilidad por los cráneos humanos y sacar el hígado a sus víctimas─, reproducidas por el diario, había unas cuantas que hablaban de sus buenos amigos los Thysen. Sí, sí, no se asusten, del marido de la baronesa, el que montó ese museo maravilloso que lleva su nombre para lavarlo de pasadas infamias. Seguí luego con la larguísima entrevista a ZP de la que el presidente, no sé cómo, sale airoso de todas las incómodas preguntas que le hace el entrevistador─ el político se define por su cintura─ para seguir con la lectura del manuscrito que un amigo me ha hecho llegar, para que dé mi veredicto ─ hay quien me tiene en muy alta estima, y no sé por qué─ y terminé con el librito sobre La Malinche que me compré hace diez años en México D.F. y leo ahora para saber más sobre el personaje, pero es inútil, nadie sabe nada de ella. A las 4 de la madrugada, creo, se me cerraron los ojos que volvieron a abrirse a las 9 y media de la mañana.
20 N 2010Ya nadie se acuerda. Ni menciones en la prensa. Menos en las televisiones. Pero la de hoy fue una efeméride histórica que nos marcó. Franco murió un 20N de hace demasiados años. Y lo hizo en la cama, para nuestra vergüenza. No hubo ningún alzamiento, ni una huelga general, ni una insurrección armada, ni un golpe de estado. Nada de épica para poner fin a la sanguinaría dictadura. Murió de viejo y en su agonía aún tuvo pulso para firmar unas cuentas penas de muerte. En cuarenta años enterró a buena parte de sus enemigos, encarceló a otros tantos, nos reprimió a todos.

No me hice antifranquista por represión política, ni sindical. No militaba en ningún partido político ni estaba afiliado a ningún sindicato cuando a los catorce años tomé conciencia. Odié al mediocre dictador por su miseria cultural, por su censura, por tener que cruzar la frontera para ver el cine que quería ver y comprar los libros que nos prohibía, por dibujar esa España gris y cutre en la que me tocó vivir, por permitir a esos curas de negras sotanas y manos largas que me pegaran y humillaran en nombre del nacionalcatolicismo. Luego, en la Universidad, palpé lo que era la represión policial.
Cada 20N recuerdo que el dictador murió en su cama y me acuerdo, entre muchos otros, de Salvador Puig Antich.

Comentarios

Paco Gómez Escribano ha dicho que…
Cierto que la efeméride de la muerte de Franco ha ido apagándose año tras año. Yo era un crío cuando murió. Me agradó no ir al cole y que pusieran dibujos animados toda la mañana. Pero, en verdad, hay que ver que dictadura más coñazo, cuarenta años, joder. Un abrazo.
José Luis Muñoz ha dicho que…
No fuiste el único. La muerte de Franco me permitió hacer un viaje de tres días a Ibiza. Asocio la isla con el 20N. La dictadura fue un periodo triste y aburrido, Paco, de color gris. Hasta grises eran los policías que nos machacaban.
Anónimo ha dicho que…
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Guillermo ha dicho que…
El corredor de fondo está más solo cada día, querido amigo. La estulticia cotiza en bolsa. La propuesta del futbolista está buena pero olvida que los bancos no tienen la pasta que dejas "a buen resguardo" en ellos. No la tienen. E ir todos por ella lo demuestra, como sucedió aquí en 2001. La lucha es desigual, pero estoy contigo y con tu indignación, que es la mía.
Luis Vea ha dicho que…
Completamente de acuerdo con tu comentario sobre quiénes son los causantes de la crisis y que el mercado no es más que pura especulación a lo que añadiría que no citas a todas estas "agencias" (que no sabe uno dónde han salido porque son privadas) que se encargan de evaluar la credibilidad de los créditos. Esas que te evaluan con un BBB y ya te han matado. ¿Por qué no empezamos a tomar conciencia de que hay que desenmascar a todos estos filibusteros de cuello blanco y los verdaderos intereses que protegen? Y eso se hace entre todos.
Abrazos

Luis
Luis Vea ha dicho que…
Completamente de acuerdo con tu comentario sobre quiénes son los causantes de la crisis y que el mercado no es más que pura especulación a lo que añadiría que no citas a todas estas "agencias" (que no sabe uno dónde han salido porque son privadas) que se encargan de evaluar la credibilidad de los créditos. Esas que te evaluan con un BBB y ya te han matado. ¿Por qué no empezamos a tomar conciencia de que hay que desenmascar a todos estos filibusteros de cuello blanco y los verdaderos intereses que protegen? Y eso se hace entre todos.
Abrazos

Luis
José Luis Muñoz ha dicho que…
En efecto, Guillermo.La pasta no la tienen, y esa es la gracia. En fin, es una utopía. Lo que realmente me irrita es que nos tomen por estúpidos. Hay mucha gente que está abriendo los ojos pero hay que canalizar ese cabreo e indignación, como se hizo con la guerra de Irak que fue una protesta multitudinaria y continuada, aunque se la pasaron por el forro, claro. No estoy solo. Estamos varios corriendo en la misma dirección
José Luis Muñoz ha dicho que…
Pues sí, Luis, lo de las agencias es otra tomadura de pelo. Lo indignante es que ni un solo gobierno europeo se plante y diga ¡Hasta aquí hemos llegado! La situación es surrealista. En vez de refundar el capitalismo, o arrinconarlo, con esa crisis que ha provocado, encima se ha crecido y nosotros tragamos. No me lo puedo creer. Pero sí, creo que es positivo denunciar lo que pasa en todos los foros independientes, y éste es uno de ellos. Un abrazo y suerte, Luis.

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