CINE
JOVEN Y BONITA,
EL BELLE DE JOUR DE OZON
El
cine sobre la prostitución ha dado notables películas que han abordado la
profesión más antigua del mundo desde todos los puntos de vista posibles y con
mayor o menor fortuna. Chloe, de Atom Egoyan, resultó ser una de los
films más flojos de ese brillante director armenio afincado en Canadá que
deslumbró con Exótica; Desmontando a Harry y Poderosa Afrodita fueron las
aportaciones en clave de humor ácido de Woody
Allen; Leaving Las Vegas, de Mike Figgis, aunque se centrara en el
alcoholismo de su protagonista Nicolas
Cage, lo abordaba en su arista dramática con una interpretación descarnada
de Elisabeth Shue como puta apaleada;
el sesgo social de Mamma Roma de Pier Paolo Pasolini contrastaba con la
lírica y algo naif de Las noches de
Cabiria de Federico Fellini, la
desgarrada Anna Magnani frente a la
inocente Giulietta Massina; en Klute de Alan
J. Pakula, Jane Fonda hacía una
interpretación realista de la profesión más antigua del mundo, mientras Julia Roberts la frivolizaba en el
cuento de hadas que era Pretty Woman;
Louis Malle, rizando el rizo, le dio
un toque pederasta en La pequeña, con Brooke Shields de ninfa; la aportación más importante al tema que
se hizo en el cine español bajo la dirección de Maria Lidón fue Yo, puta,
basado en la novela homónima de Isabel
Pisano, que antes había interpretado un personaje fronterizo con la
prostitución en Bilbao de Bigas Luna, una de las mejores
películas del director catalán fallecido; la visión más turbadora fue la de Darren Arofnosky en Réquiem por un sueño; y eso sin
olvidarnos la obra maestra El imperio de
los sentidos, de Nagisha Oshima,
o La gata negra de Edward Dmytrick. Françoise Ozon, últimamente fascinado por los adolescentes, da su
visión a esa profesión denostada a partes iguales por conservadores, que muchas
veces recurren a ella escudados en la doble moral, y feministas, y
aparentemente se acerca a Luis Buñuel.siga leyendo en CULTURAMAS
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