CINE
NOÉ
Darrem Aronofsky
¿Se
puede mantener eso que llamamos autoría
en una película espectáculo? Difícil, parece un oxímoron, pero como el agua
vertida en aceite, que a veces cuaja en las salsas, aunque sólo sea por su
evaporación, casos de haberlos haylos. No John
Huston que dejaba a un lado la autoría en cuanto se ponía a rodar La Biblia o Evasión o victoria, por ejemplo, o William Wyller poniéndose detrás de la cámara de la impresionante Ben-Hur, pero hay otros que mantienen su
autoría porque lo suyo, precisamente, es hacer cine espectáculo sin perderla, y
ahí está Stanley Kubrick que rodó
películas bélicas, terroríficas, péplums, de época o de ciencia-ficción
sencillamente apabullantes y siendo siempre él mismo, entre otras cosas porque
controlaba su obra de principio a fin, cosa que ya no es posible en el Hollywood
actual desde que Michael Cimino
rodara La puerta del cielo. siga leyendo en TARÁNTULA
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