SOCIEDAD
DE VIOLENCIAS Y MANIPULACIONES
La
violencia insoportable de los provocadores que se infiltraron en las marchas de
la dignidad del 22 M en Madrid ha contrarrestado la violencia insoportable del
gobierno de la nación que lleva toda la legislatura machacando a la ciudadanía
con medidas absolutamente lesivas e incumpliendo sistemáticamente el programa
por el que fue elegido. Los desahucios violentos—las imágenes de las fuerzas del orden
público derribando puertas y sacando a rastras familias a las que se las condena
a la indigencia—; la situación absoluta de indefensión de la clase trabajadora,
abandonada por sus sindicatos, con salarios inviables, ausencia de derechos y
siempre sometidos a la amenaza de despido; las leyes que intenta aprobar el
gobierno, como las del aborto del ministro Ruiz
Gallardón que, de ser implementada, llevarán a las mujeres que quieran
interrumpir el embarazo a hacer turismo hospitalario, las que se lo puedan
permitir, o a realizarlos dentro de la ilegalidad con el riesgo para la vida
que ellos les supondrá; o la ley de inseguridad
ciudadana, cuestionada por inconstitucional, más los insoportables índices
de corrupción que afectan a la clase política y que no son castigados con
celeridad por la lenta justicia desprovista de medios para llevar a cabo las
investigaciones—los delincuentes no entran en prisión y los jueces valientes
son apartados de los procedimientos—a pesar de que pueda generar todo ello
mucha rabia, y así lo testimonian los millones de personas que se concentraron
pacíficamente en Madrid, no justifican la salvaje violencia de un grupo de
infiltrados en la masiva marcha que, con su actuación, han conseguido que se
hable de la violencia contra la policía
y no de la violencia de los que gobiernan contra la ciudadanía. siga leyendo en EL COTIDIANO
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