EL APUNTE
Nació el año 2009 tan mal como murió el 2008. Peor, si ello es posible. Comimos las uvas mientras a otros se les atragantaron en la garganta, o sencillamente se quedaron sin garganta, o la casa se les vino abajo, o corrieron al hospital con sus heridos desmenuzados, desmembrados, o lloraban impotentes a sus muertos incontables. Una vez más la razón de la fuerza se impuso a la fuerza de la razón. Y el mundo asistió, impertérrito, a esa masacre que se perpetra en estos momentos, que tanto dolor causa a quiénes jamás vieron cauterizadas sus heridas de no se sabe ya cuántos años, los que se quedaron sin tierra, casa, los que tienen que sortear mil inconvenientes para sobrevivir día a día, los que son vejados continuamente en una tierra que es suya y les arrebataron, los que sufren toda clase de penurias y, además, por si tuvieran poco, son bombardeados por uno de los ejércitos más poderosos del planeta contra el que no tienen otra cosa que lanzar que cohetes, que casi nunca dan en el blanco, y piedras que se enfrentan a las balas. Y el mundo calla. Y nada digamos de la comunidad internacional. Y de ese invento que, a todas luces, cuando hay problemas de verdad graves, es incapaz de parar cualquier conflicto, como lo fue Ruanda, como lo es Irak, como lo está siendo en este preciso momento que escribo estas líneas la destrozada Palestina.
¿Qué podemos hacer, aparte de rabiar por dentro, consumirnos por la ira y la impotencia ante tamaña masacre del fuerte contra el débil, del armado hasta los dientes con toda la tecnología punta contra los civiles inermes que ni ejército tienen? Firmar manifiestos. Yo no sé cuántos ya firmé, y sé que sólo sirven para aplacar las conciencias de quiénes los firman. Instar a nuestros gobiernos a que rompan relaciones, apliquen sanciones al agresor. Pero eso no lo van a hacer, porque nadie se atreve a enfrentarse al fuerte, porque el agredido resulta que es el terrorista y el agresor resulta que hace operaciones quirúrgicas de autodefensa en las que mueren niños, mujeres, hombres inocentes. Podemos coger todos nuestros viejos zapatos, los rotos, los que no usamos porque se nos quedaron pequeños, y arrojarlos ante la embajada de ese país poblado por las víctimas de la más espantosa masacre del pasado que han pasado a ser verdugos del presente. Ni así los pararemos.
Gaza arde por los cuatro costados. Gaza se convierte en una ruina de escombros en donde yacen, demolidos, los millones de euros que la Unión Europea donó a los gobiernos palestinos. Sí, porque ni siquiera los palestinos están unidos, porque están separados, hasta territorialmente, en Gaza y Cisjordania, y tampoco se ha visto en Cisjordania la lógica cólera que deberían sentir los que allí viven por la masacre de sus hermanos a manos del enemigo común. Como tampoco mueven un solo dedo esos países árabes desunidos y corruptos, vendidos a Occidente, esa amalgama de regímenes feudales, dictaduras y falsas democracias, que son incapaces de tener una sola voz.
¿Va a ver paz así? Por supuesto que no, a no ser que el todopoderoso ejército israelí borre de la faz de la tierra al pueblo palestino, uno a uno, como intentaron hacer con ellos los nazis. ¿Qué consecuencias va a tener lo que sucede? Nuevas matanzas de inocentes, a manos de terroristas que ocupan ese espacio que dejan vacío los gobiernos árabes que no reaccionan ante todas y cada una de las masacres que se perpetran contra sus hermanos, que permitieron y hasta ayudaron a la invasión de Irak, que asisten impávidos a la diaria carnicería perpetrada por Israel; hombres, mujeres y niños bomba que estallarán de rabia en cafeterías, restaurantes, hoteles, playas, aeropuertos, estaciones de tren… Eso traerán. Para que volvamos a lamentarnos, para que sigamos devorándonos los unos a los otros, como lo seguimos haciendo desde que el hombre es hombre, desde la noche de los tiempos, cuando Caín alzó su quijada y mató a su hermano Abel.
Comentarios
¡¡SALUD!!
AMPARO CARBALLO
Un cordial saludo, también escribí sobre el tema.
El sónido de la guerra es horrendo, su lamento llega a los sitios más improbables desgarrandolo todo.
En México tenemos una guerra cruel contra el narcotráfico. El Gobierno poco puede hacer frente al mostruo de las mil cabezas de la corrupción.
Es inhumano no sentir piedad por los niños que mueren en Palestina, sólo nos resta hacer una oración porque pronto se acaben las insostenibles razones por las que se llegó al enfrentamiento por Gaza.
Pero también es terrible tener que callar cuando se asesinan a los hombres que defienden a la patria cómo recientemente ocurrió en el estado de Guerrero. Seis soldados del Ejercito Mexicano fueron decapitados por narcotraficantes... Sus viudad y sus hijos lanzan un lamento que desgraciadamente muchos simulan no escuchar... También por ellos elevemos una oración.
Agradezco la calidéz con la que toca un asunto tan delicado como el conflicto en Gaza, sus palabras nos acercan y humanizan para no seguir sencillamente preocupados por la disparidad peso-dólar, Espero que la paz cure la heridas dolorosas que se sienten actualmente en el mundo por Gaza y que el lamento, de tantos niños, mujeres y hombres en ese rincón del mundo y mí país, cese por completo.
De pronto espero que opiniones como la suya formen conciencias y sean el principio de una actitud de repudio a la violencia y todo lo que vulnera a la humanidad. Un fuerte abrazo, que Dios lo bendiga.
No hay manera de entender el problema mientras estamos cómodamente sentados en casa viendo la T.V. y lo que ésta quiera mostrarnos. Y aunque me duelen los niños palestinos que mueren, es todavía peor porque es culpa directa de su inepto gobierno. En vez de canalizar fondos para restablecer la paz y el funcionamiento de un Estado operante palestino, el gobierno de Hamás se dedicó a rearmarse para poder "destruir Israel" que es lo único que le interesa. ¿No debería haberse preocupado por "construir Palestina" en vez de estar lanzando cohetes? ¡Lo que hubiera hecho con ese dinero! La de niños que hubieran comido, la de gente que hubiera vivido. Y ahora vienen los intelectuales de América a decir cómodamente que Israel debe soportar más de 70 cohetes diarios cayendo sobre sus casas, escuelas, hospitales, y hasta kindergarden, porque sino, es "desproporcionado". Eso, amigo mío, es hipocrecía. Si estás en contra de la violencia, lo estás siempre, pero no con lamentaciones baratas, sino con pensamiento justo. Expulsar a los embajadores israelíes no solucionará el problema de los palestinos, ni tampoco lo hará seguir dándole dinero a Hamás para que lo gaste en armas y no en comida.
Para los palestinos: Ya basta de lamentar la tierra que "perdieron". Nadie va a ayudar a los palestinos, ni siquiera los árabes (los cuales no han hecho nada por ayudarlos, por cierto, aún antes de esta masacre) si no se deciden de una vez por todas a vivir en el presente de cara al futuro. El que quiere vivir en paz, primero vive en paz, en efecto. Y deja de pelear con los demás.
De todos modos, aunque no los comparto, me parecen interesantes tus comentarios que coinciden con una buena parte de la sociedad occidental
En 1948 se crearon dos Estados: el judío y el palestino. Los israelíes no le "arrebataron" la tierra al pueblo palestino. Si podemos hablar de "arrebatos" fueron las potencias europeas quienes decidieron las cosas así. Luego de eso, los israelíes se concentraron en construir un estado, en organizar una nación y a pesar de que viven en el desierto lograron prosperar y crecer. Prácticamente todas las guerras que han sobrellevado se las han traído, no han sido iniciadas por ellos. Su único pecado es el de haber sabido sobrevivir y de haber derrotado a quienes querían barrerlos de la faz del planeta.
En cambio, en la otra acera, el pueblo palestino no se organizó, no logró concentrarse. Lo único que prosperó fue el movimiento de Yasser Arafat que se concentró en destruir Israel. ¿Qué proyecto político puede subsistir si se basa en la destrucción de otro? Únicamente uno: el de la guerra. Y ya sabemos que la guerra no es la respuesta para el pueblo viva un día a día.
Hace unos años había explosiones de bombas en las ciudades israelíes casi todos los días. Por esa razón, los israelíes se pusieron estrictos con sus fronteras y las cerraron. ¡Y todo el mundo se quejó! Pero no todo el mundo tiene que vivir en Tel Aviv, con un equipo preparado para sobrellevar un asedio y sin saber a quién matarán al día siguiente. Tú restas importancia a los cohetes lanzados por Hamás, como si no mataran, no destruyeran, no cercenaran. Año tras año, día tras día, cayendo en zonas civiles, sobre escuelas y hospitales, sobre parques y mercados. ¿Que no han muerto más? Pues, ¿querías que murieran más? Mira, si un gobierno desea proteger a su pueblo, construye zonas de refugio para los civiles y los alerta con sirenas. Eso han hecho los israelíes con los habitantes del sur de Israel durante años. Y aún así, siempre moría alguien. Podía ser tu hijo que había ido a la escuela, tu esposo que había ido a la oficina, o tú mismo cuando fuiste al mercado local.
Te vuelves y tratas de dialogar con Hamás. ¿Y qué dice Hamás? No puedes decir que yo lo invento, o que lo inventan los periodistas "occidentalizados". Hamás tiene como objetivo la destrucción "total" de Israel. ¿Qué harías tú si viviendo en tu hogar sabes que al otro lado de la frontera hay un grupo de milicianos feroces, fuertemente armados, que disparan más de 70 cohetes al día en tu dirección, porque están decididos a destruirte, a destruir a los tuyos y a todo lo que te rodea? Dime honestamente y sin sentimentalismos de Tom y Jerry: ¿qué harías?
¿No hay una responsabilidad mayor en esa comunidad internacional que hoy se rasga las vestiduras por el dolor de Gaza y antes de hoy NO HIZO NADA porque el gobierno de Gaza se interesara en su gente, en alimentarla y protegerla, y no en destruir a un vecino que si deja en paz los deja vivir? ¿Tú crees que Israel no estaría dispuesto a tener una Palestina próspera y pacífica a su lado? En la Ribera Occidental muchos palestinos están enojados por el muro, pero siguen trabajando y estudiando, intentando hacer negocios y lidiando con un gobierno no muy competente. Pero no sufren con la guerra, porque no están lanzando cohetes ni hablando de destrucción.
Hamás buscó lo obtiene y es obvio que le importa poco el sufrimiento de su gente. Hamás está bien protegido en sus túneles, detrás de sus misiles y en sus búnkeres. A su pueblo que lo maten, pero ellos están dispuestos primero a morir como "mártires" antes que comprar comida para los niños con el dinero que han recibido para sus armas.
No le tengo lástima a los milicianos, no. Ni al Hizbollá ni a la Yihad Islámica ni a nadie que tenga como política oficial destruir a otro. Por quien puedo preocuparme es por un pueblo que ha tenido la desgracia de dejarse gobernar por bandoleros.
Y perdona el rollo. Por supuesto, todo cuanto digo es mi opinión personal. De paso, tienes muy bonito el blog.
Y muy amable por tus comentarios acerca del blog.