52 FESTIVAL DE GIJÓN. CRÓNICA II

La
presencia española en la 52 edición del festival de Gijón la encabeza un noir español, en un año de exaltación al
género con El niño y La isla mínima, cuyo responsable es Luis Marías y que aborda un tema tan candente como espinoso:
¿pueden perdonar las víctimas de ETA a los terroristas que les causaron daños
irreparables? Se ha hecho, al socaire del doloroso fenómeno terrorista que ha
sufrido nuestra sociedad, una serie de películas que van desde la maestría de Días contados de Imanol Uribe a la absoluta mediocridad de Manuel Gutiérrez Aragón en Todos
estamos invitados, la película con la que se despidió del cine para pasarse
a la literatura. En Fuego, Carlos
Martínez (Jose Coronado) es un
inspector de policía que lleva muerto hace doce años cuando una bomba lapa
destinada a él acaba con la vida de su mujer y deja sin piernas a su hija, y
durante ese lapso de tiempo de agonía absoluta su único alimento ha sido idear
la venganza que apague el fuego que lo consume por dentro.
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