DIARIO DE UN ESCRITOR
28 de junio de 2010
En este país pagamos los más pringados, desde siempre. Hubo alguien, algún iluso, que propuso poner una tasa a los bancos, los que más ganan, y siguen ganando, los que fueron los principales artífices de esta crisis con las hipotecas basura que han sido las causantes del tsunami financiero. Pues bien, marcha atrás y de lo dicho nada. La crisis la pagan los funcionarios públicos, los pensionistas, los asalariados, los consumidores, pero no los que tienen dinero. Y nos aguantamos y tragamos, que eso es lo más intolerable. Un sesudo analista de Wall Street argumentó muy bien el porqué no se podía gravar con tasas los beneficios desorbitantes de la banca: los pobrecitos tendrían más costes y la tasa la aplicarían a los clientes. Ósea, que ellos nunca pagan realmente, porque repercuten, y quien paga el pato vuelve a ser usted y yo. ¿No nos damos cuenta de que esto es una monstruosa tomadura de pelo global?
Realmente, y lo digo muy en serio, no sé cómo la humanidad no se lanza al fuego destructor, pero no en sentido figurado. La factura de la crisis del capitalismo, de sus malas prácticas, de los paraísos fiscales, de los defraudadores profesionales, de la economía sumergida va a cuenta del Estado de Bienestar que se está demoliendo a marchas forzadas por los culpables de esta debacle. No era el Estado de Bienestar el que había fallado sino el capitalismo salvaje y voraz. Pero éste sale reforzado y los culpables, excepto Maddoff, que fue a la cárcel, no olvidemos, por estafar a los suyos, siguen en sus puestos, con contratos blindados y pensiones multimillonarias. Creo que me voy a volver a envolver, con más razón que nunca, en la bandera negra de la Acracia.
***
No me gustan las pintadas callejeras, pero el otro día leí una, en la pared de una iglesia, con la que no pude más que estar muy de acuerdo. ¡Cura, penétrate!
***
En este país pagamos los más pringados, desde siempre. Hubo alguien, algún iluso, que propuso poner una tasa a los bancos, los que más ganan, y siguen ganando, los que fueron los principales artífices de esta crisis con las hipotecas basura que han sido las causantes del tsunami financiero. Pues bien, marcha atrás y de lo dicho nada. La crisis la pagan los funcionarios públicos, los pensionistas, los asalariados, los consumidores, pero no los que tienen dinero. Y nos aguantamos y tragamos, que eso es lo más intolerable. Un sesudo analista de Wall Street argumentó muy bien el porqué no se podía gravar con tasas los beneficios desorbitantes de la banca: los pobrecitos tendrían más costes y la tasa la aplicarían a los clientes. Ósea, que ellos nunca pagan realmente, porque repercuten, y quien paga el pato vuelve a ser usted y yo. ¿No nos damos cuenta de que esto es una monstruosa tomadura de pelo global?
Realmente, y lo digo muy en serio, no sé cómo la humanidad no se lanza al fuego destructor, pero no en sentido figurado. La factura de la crisis del capitalismo, de sus malas prácticas, de los paraísos fiscales, de los defraudadores profesionales, de la economía sumergida va a cuenta del Estado de Bienestar que se está demoliendo a marchas forzadas por los culpables de esta debacle. No era el Estado de Bienestar el que había fallado sino el capitalismo salvaje y voraz. Pero éste sale reforzado y los culpables, excepto Maddoff, que fue a la cárcel, no olvidemos, por estafar a los suyos, siguen en sus puestos, con contratos blindados y pensiones multimillonarias. Creo que me voy a volver a envolver, con más razón que nunca, en la bandera negra de la Acracia.
***
No me gustan las pintadas callejeras, pero el otro día leí una, en la pared de una iglesia, con la que no pude más que estar muy de acuerdo. ¡Cura, penétrate!
***
A horas de la declaración de renta, de entregar mi último manuscrito, de prepararme para engullir una deliciosa paella en Málaga el próximo 3 de Julio, de leerme un montón de libros de cubiertas tan horrendas como excelsos son sus contenidos, de coger ese tren para la Semana Negra...¡Qué strés! Y encima me piden que me corte el bigote.
Comentarios